La historia que estremeció a Argentina en 2016 vuelve convertida en película. Belén, dirigida y protagonizada por Dolores Fonzi, recupera el caso real de una joven tucumana encarcelada tras sufrir un aborto espontáneo y ser acusada —sin pruebas— de haber asesinado a su hijo. Un hecho que provocó una ola de indignación y activismo, que viajó desde Tucumán hasta Buenos Aires y luego al resto del mundo.
“Fue una ola que empieza en Tucumán y llega a la ciudad; cuando nos enteramos era imposible no hacer algo”, recuerda en una minirrueda con medios Dolores Fonzi sobre aquel primer acercamiento al caso de la joven llamada Belén para proteger su identidad.
- El Dato: En México, 23 entidades ya despenalizaron el aborto; sin embargo, según GIRE, de 2012 a 2022 hubo dos mil 169 denuncias por el delito de aborto.
La directora revive en el filme el momento en que su gesto político se volvió viral: durante los Premios Platino de 2016, subió al estrado con un letrero que decía #LibertadParaBelén. “Muchos no sabían quién era Belén, pero ese gesto abrió preguntas y comenzó una conversación nacional”, cuenta la actriz.

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Ese acto simbólico motivó a miles de mujeres, incluidas mexicanas, a exigir la liberación de la joven. “México salvó muchas vidas de argentinos. Y las hijas y nietas de exiliados también marcharon por Belén”, subraya Fonzi.
El proyecto tomó forma definitiva cuando la productora recibió el manuscrito del libro Somos Belén de Ana Correa en 2019. “Sentíamos que lo que le había pasado a Belén era de película”, explica una de las productoras. La abogada Soledad Deza, pieza clave en la defensa judicial, coincide: “Lo mejor que hace la película es politizar una situación que parecía indiferente, mostrar cómo una injusticia que recae en mujeres conmueve al resto de la sociedad”.
El equipo dudó tras la promulgación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en 2020, pero comprendió que el tema no había terminado. “Lo de Belén fue en 2016, estamos a casi 10 años y sigue pasando”, advierte Fonzi. “Soledad está atendiendo un caso similar con la ley ya vigente. Eso demuestra que esta conversación no puede cerrarse”.
Fonzi afirma que la cinta se aleja del panfleto para apostar por lo humano. “El feminismo se ha malentendido; no es el antagónico del machismo”, explica. “Esta película es humanista: habla de mirar al costado y entender que un gesto puede cambiar la vida de alguien”. Su mirada como directora se sostiene en un principio estético y emocional: convertir un caso real en una experiencia fílmica sin perder la humanidad de sus protagonistas. “Había que tener respeto por Belén y por el movimiento de mujeres”.
Deza aporta otra clave del impacto del filme: la pedagogía. “El derecho es elitista, se oculta. Una de las estrategias centrales del caso fue la comunicación: lograr empatía”, dice. La película, afirma, funciona como puerta de entrada al lenguaje judicial y a la dimensión política del cuerpo femenino en América Latina.
Belén es un tributo a quienes pelearon en las calles por la legalización del aborto en Argentina. Su final celebratorio así lo confirma: “Es un homenaje a ese movimiento de mujeres que ganó una ley”, sostiene Fonzi. Pero también es un recordatorio de que la lucha continúa: “Estamos viviendo una época donde parece que tenemos que volver a explicar todo”.
Sobre la posibilidad de que la cinta gane un Goya o incluso un Oscar
—pues es la representante de Argentina—, Fonzi es clara que no es lo más importante: “El cine gana premios, pero no hace milagros”. Lo que sí puede hacer, dice, es transformar a las personas. “Un amigo me dijo: ‘Entendí un poco lo que es ser mujer’. Eso ya es una victoria. Ésa es la película: alguien que se pone en el lugar del otro y ejerce lo que puede para cambiar una realidad”. Ya está en Prime Video.

