Juana Barraza Samperio, conocida mediáticamente como La Mataviejitas, es uno de los nombres que resuena en la historia criminal de México.
Fue condenada a 759 años de prisión por el asesinato de al menos 17 mujeres de la tercera edad, su figura sigue causando impacto por la complejidad de su historia personal y su presencia actual dentro del penal de Santa Martha Acatitla.
Antes de ser reconocida como una de las asesinas seriales más temidas del país, Juana Barraza era una luchadora libre conocida como La Dama del Silencio. Su transformación criminal comenzó a raíz de una infancia marcada por el abuso, el abandono y una profunda traición familiar: según testimonios, su madre la vendió a un hombre por unas cervezas, quien abusó sexualmente de ella.
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Años más tarde, perder a su primer hijo y enfrentarse a maltratos por parte de mujeres mayores encendió una espiral de odio que canalizó de forma violenta.
Barraza fue detenida en 2006 y sentenciada por el asesinato de 17 mujeres —aunque se le atribuyen más crímenes—, convirtiéndose en la persona con la condena más larga registrada en México.
¿Cómo fue el bautizo de ‘La Mataviejitas’ en Sanata Martha?
Una de las revelaciones más impactantes de Fernanda fue una fotografía nunca antes vista del bautizo cristiano de Juana Barraza dentro del reclusorio. En la imagen se le ve sonriente, rodeada de mujeres y hombres que participaron en la ceremonia religiosa.
“Esa foto fue del día que la bautizaron. Fue una celebración importante para ella”, comentó la exinterna. La imagen generó reacciones encontradas en redes sociales, entre quienes ven el acto como un intento de redención y quienes consideran que no puede borrar su pasado.
¿Cómo es convivir con ‘La Mataviejitas’?
Fernanda (@reasdeturquesa), una exreclusa del penal de Santa Martha Acatitla, recientemente compartió en sus redes sociales una serie de anécdotas sobre su convivencia con Juana Barraza. Según su testimonio, la exluchadora impone por su físico —mide alrededor de 1.85 metros y es de complexión robusta—, pero no genera miedo entre las internas.
“Juana no me daba miedo, pero sí imponía. Su historia es muy fuerte. Mataba a las señoras porque revivía en ellas el dolor que le dejó su abuela, quien la entregó a su abusador”, relató Fernanda en Instagram.
También mencionó que, pese a su pasado, Barraza se ha adaptado a la vida en prisión: tiene un puesto de comida dentro del penal y es reconocida por cocinar bien.
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