En Mazatlán, Sinaloa
Mazatlán vive un momento dorado. El emblemático puerto sinaloense, conocido por su calidez, su mar infinito y su ritmo inconfundible, celebró recientemente el evento “Los Amigos de Mazatlán”, donde se dieron a conocer las siete maravillas que hoy colocan al destino entre los más atractivos del país.
Una de ellas es la tirolesa más alta de México, que literalmente cruza el mar. La experiencia, tan audaz como espectacular, ofrece una vista panorámica que corta la respiración: desde las alturas se contempla el contraste entre el azul profundo del Pacífico y el verdor de la sierra, un recorrido que combina adrenalina con belleza natural.

ÍCONOS: once fragancias inspiradas en el patrimonio cultural de México

- El Tip: Reserva con anticipación para ir a la búsqueda guiada de ballenas; es un espectáculo inolvidable.
Otro de los imperdibles es el Observatorio Mazatlán 1873, un espacio que conjuga historia, ciencia y una de las mejores vistas de la bahía. Desde lo alto, los visitantes pueden admirar el faro natural más grande del mundo, el malecón —considerado uno de los más largos de Latinoamérica con 21 kilómetros— y los tonos anaranjados del atardecer que han hecho famoso al puerto.
El Acuario Mar de Cortés, considerado el más grande de América Latina, se ha convertido en una de las joyas más recientes de Mazatlán. Con tecnología de punta y espacios inmersivos, el recinto alberga más de 200 especies marinas del Golfo de California, conocido como “el acuario del mundo”. Su diseño sustentable y sus áreas educativas lo han posicionado como un referente del turismo ecológico en México.

El MUSA, o Museo de la Ballena, se ha convertido también en otro punto emblemático. Este recinto marino ofrece un recorrido por la vida de las especies que habitan frente a las costas sinaloenses, además de experiencias sensoriales únicas. Desde el muelle, es posible abordar pequeñas embarcaciones para escuchar el canto de las ballenas y presenciar sus majestuosos saltos, un espectáculo que cada año atrae a miles de turistas y especialistas. Una experiencia imperdible.
A la riqueza natural se suma una oferta gastronómica en plena evolución. Mazatlán presume hoy una nueva generación de restaurantes de autor que reinterpretan los sabores del mar con técnicas contemporáneas. Desde el tradicional aguachile hasta propuestas de cocina fusión, el puerto se consolida como una capital culinaria del Pacífico mexicano.

El auge turístico ha detonado también un notable crecimiento hotelero. En lo que va del año, Mazatlán registra una ocupación superior al 70 por ciento, cifra que refleja la confianza y el interés de los turistas. Además, se encuentran en construcción nuevos complejos hoteleros y centros playeros que ampliarán la capacidad de hospedaje y diversificarán las experiencias para los viajeros.
Cada año, más de 3.5 millones de turistas visitan Mazatlán, y una gran parte proviene de Canadá, país que ha encontrado en este destino una mezcla ideal de sol, cultura y hospitalidad. Las playas limpias, la seguridad y la calidad de los servicios turísticos han fortalecido su imagen como un lugar donde el descanso y la aventura conviven en perfecta armonía.

Mazatlán no solamente mira al mar: lo reinventa. Su historia, su gente y sus paisajes continúan atrayendo a quienes buscan vivir México desde su costa más viva y luminosa.

¿QUÉ NO PUEDE FALTAR?
- Mariscos Beto y El Embarcadero: los sabores más frescos del puerto.
- Recorrer el malecón en pulmonía (vehículo abierto típico).
- Cueva del Diablo: entre leyendas y vistas al mar.
- Estatuas del malecón: figuras mitológicas frente al Pacífico.
- Centro Histórico: calles coloridas, arte y vida nocturna.

