Tres de cada cinco enfermeras y enfermeros en México sufren precariedad laboral, déficit de personal y agotamiento extremo debido al síndrome de burnout. Con motivo del Día Nacional de la Enfermería, expertos de la UNAM y la Universidad de Guadalajara advirtieron que muchos profesionistas están emigrando o abandonando la profesión.
“En gran medida, el déficit de personal de enfermería en México se debe a que únicamente el 5 por ciento de las escuelas de enfermería cuentan con acreditación en estándares de calidad educativa. Esto refleja una alarmante situación en la profesión, pues son pocas las escuelas que ofrecen una educación de calidad y títulos profesionales”, explicó Rosa Amarilis Zárate Grajales, directora de la Facultad de Enfermería y Obstetricia, de la UNAM.
Esta problemática desmotiva a los estudiantes, quienes optan por otras carreras, mientras que los profesionistas ya titulados buscan emigrar a países como Alemania o Italia, o a grandes ciudades dentro de México, donde hay mejores salarios y más oportunidades, señaló.
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En México, la proporción de enfermeras y enfermeros es de 2.6 por cada mil habitantes, muy por debajo del estándar ideal de 7 u 8 por cada mil, como ocurre en países como Chile. Con una población de 130 millones, México cuenta con poco más de 350 mil enfermeras y enfermeros, de los cuales 60 por ciento tiene nivel de licenciatura, mientras que 40 por ciento restante cuenta con formación técnica o auxiliar, dijo.
René Cristóbal Crocker, de la Universidad de Guadalajara, subrayó que, históricamente, las instituciones públicas del sector salud han sido las principales empleadoras del personal de enfermería en México, aunque enfrentan serios problemas de precariedad laboral.
Por su parte, la psicóloga clínica María Esther Rodríguez alertó sobre el aumento del síndrome de burnout, una afección laboral grave con consecuencias importantes tanto para los profesionales como para los pacientes.
