Con 85 votos a favor, 39 en contra y una abstención, el Senado de la República aprobó en lo general las leyes secundarias de la reforma energética que envió la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
El paquete de reformas aprobadas, el Estado mexicano retoma el control de Petróleos Mexicanos (Pemex) y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), así como las leyes del sector eléctrico y de hidrocarburos.
En la sesión, Morena y sus aliados también aprobaron las leyes de Planeación y Transición Energética, de Biocombustibles, de Geotermia y la ley de la Comisión Nacional de Energía.

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Uno de los cambios estructurales más significativos es la creación de la Comisión Nacional de Energía, que sustituirá a la Comisión Reguladora de Energía (CRE), También se absorberá la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) para centralizar la regulación y supervisión del sector.
En la presentación de la iniciativa, la senadora Laura Itzel Castillo mencionó que esta reforma es trascendental para la nación, ya que la defensa de la soberanía es una prioridad, por lo que se rescatará a Pemex y la CFE.
Dijo que estas dos empresas serán empresas productivas subsidiarias para convertirlas en empresas “verdaderamente productivas”, pero con carácter público y no mercantil.
Oposición critica la reforma aprobada
En el debate en el pleno, el priista Miguel Ángel Riquelme comparó la reforma aprobada, con la propuesta por el expresidente Peña Nieto en 2013. Aseguró que la impulsada por su partido en el pasado fue “diseñada con visión de futuro, asegurando la propiedad de la nación sobre los recursos, promoviendo inversiones estratégicas y garantizando un equilibrio entre el sector público y el sector privado. Esto, para que impactara en el bienestar de las familias.
Explicó que hay coincidencias con ambas reformas, pero la de 2025 “es una versión maquillada a su estilo opaco, con el 90 por ciento de esta reforma que mantiene el modelo estructural de 2013; el 10 por ciento restante, como es una constante en las reformas de Morena y sus aliados, propone opacidad, discrecionalidad, saqueo y violenta el Estado de derecho”.
Miguel Ángel Riquelme acotó que, en el 2013, los que ahora son gobierno “nos llamaron vendepatrias”, mientras que, en la actualidad, el oficialismo “presenta la misma reforma, pero ahora como una alianza estratégica con visión de futuro. ¿Cómo le podemos llamar a su reforma? ¿Pacto por México, segunda parte? ¿O neoliberalismo del Bienestar?”.
En tanto, Alejandra Barrales, de Movimiento Ciudadano, coincidió en la crítica por la propuesta: “me da mucha pena ver que se está defendiendo y se está presentando una propuesta en la que más del 90 por ciento de su contenido es la copia fiel de esa reforma de la que nos quejábamos”.
En aquel entonces Barrales Magdaleno militaba en el PRD, y por lo tanto, votó en contra de dicha reforma impulsada por Peña Nieto. “Ya denunciábamos, ya hablábamos de nuestra preocupación por poner en manos del sector privado un sector estratégico para nuestro país”.
Rememoró que miembros de la 66 legislatura, “levantamos la voz (en aquel entonces) y denunciábamos estar en contra de esa reforma”.
Sin embargo, reconoció que hay algunos planteamientos de carácter positivo en la iniciativa impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, entre ellos, el que se destaque el carácter público de Pemex.
“Nos parece importante este reconocimiento, de la Comisión Federal de Electricidad y, por supuesto, nos parece muy positivo, aunque sea solamente en discurso porque no se detalla cómo, no se habla de qué manera vamos a garantizar el reconocimiento a la denominada justicia energética, garantizar el acceso a todos los mexicanos a la energía”, dijo en tribuna.
Clemente Castañeda de Movimiento Ciudadano (MC), mencionó que su grupo parlamentario solicitó un parlamento abierto para que se pudiera analizar de manera correcta una reforma que es de suma importancia para los mexicanos, además de que “tuvieron la oportunidad de dividir el paquete legislativo en varios dictámenes porque hay varias leyes que tienen un noble propósito que nosotros hubiéramos acompañado”.
“México merece una reforma energética, pero una reforma que aliente la competitividad sin descuidar la regulación del Estado, una reforma con controles estrictos contra la corrupción de la que está repleta el sector energético”, refirió.
Cabe destacar que los senadores se encuentran discutieron las decenas de reservas que se propusieron sobre estas reformas por lo que aún falta la discusión en lo particular.
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