La plaga de gusano barrenador que llegó al ganado mexicano desde noviembre del año pasado y que ahora ya afecta a la especie humana en México continúa avanzando, pues la cifra de personas afectadas al sureste del país ya creció a 31. A la fecha van dos casos en Campeche y 29 en Chiapas; del total, 10 han sido en mujeres y los 21 restantes, en hombres afectados por miasis por cochliomyia hominivorax.
El último caso registrado hasta el 18 de julio se dio en el municipio de Chamula, Chiapas. Se trató de una mujer de 74 años con lesiones en la nariz y sin ninguna comorbilidad, que además permanece hospitalizada.
- 29 de los casos se han registrado en Chiapas
Hasta ahora, la persona más joven en haber sido afectada por el gusano barrenador fue un adolescente de 17 años, con afectaciones en cabeza y cuello en el municipio de Pichucalco, aunque ya fue dado de alta.
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Según lo descrito en los informes de la Secretaría de Salud, las lesiones por el gusano barrenador se han registrado en lugares como cabeza, tronco, piernas, cuello, e incluso genitales y hasta cavidad oral y nasal.
¿Cómo se propaga el gusano barrenador?
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés), la miasis es la infestación de larvas de moscas que se alimentan de tejido vivo.
El gusano barrenador del nuevo mundo, Cochliomyia hominivorax, es una especie de mosca que pone sus huevos en heridas abiertas de animales de sangre caliente.
Según explica el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), una vez que los huevos eclosionan —lo que ocurre entre 12 y 24 horas después de ser depositados— las larvas penetran en el tejido y se alimentan de la carne viva durante 4 a 8 días días, para luego caer al suelo y completar su ciclo como pupas; finalmente, de 7 a 10 días después emergen como moscas adultas del gusano barrenador.
Síntomas de la miasis por gusano barrenador
En humanos, la infestación se manifiesta principalmente en heridas expuestas o incluso en cavidades naturales del cuerpo como los ojos, la nariz o la boca. Algunos de los síntomas son:
- Presencia visible de larvas en heridas abiertas o cavidades corporales
- Dolor intenso en la zona afectada
- Sensación de movimiento dentro de la herida
- Secreción maloliente en el área infestada
- Inflamación o enrojecimiento local
- Llagas que no sanan o que empeoran con el tiempo
- Fiebre o escalofríos, en caso de infección bacteriana secundaria
Con información de César Huerta.
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