Al hacer un llamado a la unidad, la Iglesia subrayó que para que esto se concrete es necesario que se permitan las opiniones distintas y que se reconozcan los “males” que enfrenta México, entre los que apuntó la extorsión, así como mostrar templanza ante la polarización que, dijo, ha terminado por generar divisiones.
En su mensaje dominical en el semanario Desde la fe, la Arquidiócesis de México dijo que hay momentos en los que el país duele, como cuando se trata del impacto de la inseguridad o cuando alguien padece a causa de la violencia o la corrupción, así como cuando “la división enfría el alma pública”.

Bajo esta consideración, señaló que la visión de actuar en “uniformidad” no es la vía, sino más bien por medio de una “unidad plural” que permita disentir y que lleve a que entre todos se cuide la vida, la dignidad y el futuro de la población.
Citando a Vasco de Quiroga, el primer obispo en Michoacán, y a Fray Bartolomé de las Casas, la Iglesia subrayó en su mensaje que “la comunidad sana cuando cada quien pone su don al servicio del bien común” y que “o crecemos todos, o no crece nadie”.

Así, dijo que desde la Arquidiócesis se trabaja para que desde las parroquias se fortalezca la apertura al diálogo y el encuentro entre jóvenes con quienes se han alejado de la religión, así como también con las familias.
A partir de esto, subrayó que la unidad que se busca también necesita que no se normalice la extorsión y que se haga frente a la polarización.
La unidad para combatir los males que aquejan a nuestro país exige también honestidad para llamar al mal por su nombre; coraje para no normalizar la extorsión ni conformarnos con el ‘así es aquí’; y, claro, templanza frente a la polarización que todo lo reduce a bandosIglesia católica, a través del semanario Desde la Fe
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