La flor de cempasúchil es originaria de México, y en la época previa a día de muertos los hogares comienzan a llenarse de su aroma y su vibrante color naranja y amarillo, por lo que tal vez te has preguntado por qué esta flor solo se ve durante esta época.
Esta flor tan colorida llamada Tagetes erecta que es conocida como flor de cempasúchil tiene una leyenda propia de la tradicional celebración del Día de Muertos, y es utilizada en los altares que se les colocan a las ánimas.
Durante las temporada otoñal es cuando contamos con la presencia de esta flor, ya que durante el verano y parte del otoño se cuenta con las condiciones cálidas, semicálidas, secas y templadas que esta flor requiere para ser cultivada, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

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¿Cuál es la leyenda de la flor de cempasúchil?
De acuerdo con la Dirección General del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, la leyenda de la flor de cempasúchil gira alrededor de dos niños que se conocieron desde el momento en el que nacieron.
La niña de esta historia tenía el nombre de Xóchitl y el niño se llamaba Huitzilin, y debido a que se conocen desde su nacimiento, ambos compartieron los momentos que conformaron su infancia y continuaron conviviendo mientras iban creciendo.
De esta relación de amistad nació un amor tierno, y debido al gran afecto que se tenían en su juventud decidieron subir a la parte más alta de una colina, en la que se tenía conocimiento que vivía Tonatiuh, el Dios del sol.
La razón por la cual escalaron hasta el punto de aquella colina en el que el sol deslumbrara con fuerza es porque ambos querían pedirle a Tonatiuh la bendición para poder continuar con su amor.
Al ver que ambos estaban profundamente enamorados, el Dios del sol decidió darles no sólo su bendición, sino también su cuidado para que pudieran continuar amándose.
Tiempo después Huitzilin fue llamado para participar en una guerra para defender a su pueblo, misma en la que desafortunadamente falleció. Al enterarse de esta noticia, Xóchitl sintió un dolor muy grande, por lo que le rogó a Tonatiuh que le permitiera unirse a su amado Huitzilin por la eternidad.
Ante esta petición, el Dios del sol decidió acceder a la petición de Xóchitl, por lo que decidió convertirla en una hermosa flor mediante un rayo dorado que lanzó sobre ella, con la finalidad de aliviar su dolor.
Esta flor permaneció en forma de botón durante mucho tiempo, hasta que un colibrí se sintió atraído por el aroma que desprendía esta flor y se posó sobre sus hojas, por lo que la flor se abrió dejando ver sus radiantes colores.
Cuenta la leyenda que este colibrí que logró que el botón floreciera en una radiante flor de color amarillo radiante era Huitzilin, quien tomó la forma de esta ave para poder visitar a su amada Xóchitl.


