Al presidente estadounidense, Joe Biden, le preocupa el viraje que el mandatario electo, Donald Trump, dé en política exterior ante un escenario mundial con dos guerras —Rusia y Ucrania e Israel en Gaza— por lo que abordará el tema como prioridad en su primer encuentro este 13 de noviembre.
A días de que el demócrata ofreciera una transición pacífica, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, adelantó que el líder saliente enfatizará ante el sucesor, quien amarró los siete estados bisagra al sellar el triunfo en Arizona, cómo está y cómo ve el panorama global ante la promesa del republicano de acabar con ambos conflictos, evidenciando que un radical ajuste será un foco rojo en lo interno y ante aliados, a días de calmar la tensión en el país.
En entrevista con NBC News, el funcionario detalló que el objetivo es dialogar sobre la entrega de poder y Biden hará una petición especial para no alejarse de la ayuda a la resistencia, mientras el magnate ya se puso en contacto con los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Ucrania, Volodimir Zelenski, pues además de la visión de Washington está en juego la coalición que respalda económica y militarmente a Kiev desde 2022 y ha impuesto sanciones contra el Kremlin.
Hamas está ‘abierto a discutir’ alto al fuego con Israel, según fuentes palestinas
Y ahondará en garantías del magnate para que Ucrania siga fuerte y soberana ante la “brutal agresión rusa”, según la conversación de Jake Sullivan en el programa Face the Nation, tal como 50 naciones siguen brindando asistencia a Kiev, pues el consejero no descarta que en los 70 días que quedan de gestión demócrata Joe Biden autorice o pida al Congreso más fondos para no dar la espalda al país invadido, región que insiste en más armas y restricciones al Kremlin, lo que contrasta con las críticas del líder electo por el costo excesivo.
Lo que recuerda que Europa busca trazar su ruta a la par de la del controvertido exmandatario ante el antecedente de una crisis multilateral que desató su primera gestión, entre 2017 y 2020, por lo que hoy el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se reunirá con el premier británico, Keir Starmer, luego de que el primero llamara a la zona a ser un mayor contrapeso entre Occidente del magnate y China, pues Europa queda en medio de esta competencia.
Y sin claridad sobre el plan para lograr el fin de la guerra, se reportó que a menos de una semana de vencer a Kamala Harris éste ya conversó con esos gobiernos. El diario The Washington Post informó que el político de 78 años instó a su “amigo” Vladimir Putin a no intensificar la guerra, agitando el tablero geopolítico.
En una llamada el pasado 7 de noviembre, pero que se dio a conocer ayer, Donald Trump recordó a Vladimir Putin que prepara una solución diplomática, misma que expertos especulan favorecería a Moscú al concederle los territorios que se anexó ilegalmente, lo que Ucrania rechaza, nación con la que también conversó junto al multimillonario Elon Musk antes de hablar con el invasor.
Lo que ya despierta dudas, pues aunque pareció priorizar a la zona invadida ésta rechazó tener conocimiento de la plática posterior con el líder ruso como informó el citado diario.
Y se prevé que en la futura conversación en la Casa Blanca se trate el tema de Medio Oriente a más de un año de la guerra en Gaza en respuesta a la masacre de Hamas. Según el asesor de seguridad Joe Biden planteará que se siga la misma ruta por la mediación y el alto al fuego extendido, luego de que se dijera que Trump y el primer ministro judío, Benjamin Netanyahu, ya platicaron tres veces.
Frente a la devastación en Gaza, EU insiste en que es posible lograr una tregua, como en noviembre del 2023 para recuperar a 101 rehenes, quienes llevan más de 400 días cautivos por terroristas, hecho que hicieron patente hace días los secretarios de Estado, Antony Blinken, y de Defensa, Lloyd Austin, al premier, quien sigue su estrategia y recientemente echó al titular del ejército, Yoav Gallant.
Además, en este escenario sobre política exterior destaca que en campaña el excandidato republicano lanzó duros amagos a socios y vecinos como China y México. Al primero, por temas de competencia comercial directa, le advirtió que habría aranceles de hasta 60 por ciento a sus mercancías, mientras que al gobierno del otro lado de la frontera trata de intimidarlo con impuestos graduales desde 25 y hasta 100 por ciento si no toma acción para detener las “invasiones” migratorias como parte de la estrategia del republicano a concretar las prometidas deportaciones masivas.