Rusia admitió haber lanzado el devastador ataque con misiles balísticos que mató al menos a 34 personas, incluidos dos niños, e hirió a 119 más en la ciudad ucraniana de Sumy, a sólo 30 kilómetros de la frontera con Rusia. El bombardeo, ocurrido el Domingo de Ramos, ha sido calificado por múltiples líderes europeos como un crimen de guerra.
El Ministerio de Defensa ruso declaró que el objetivo era una concentración de altos mandos militares ucranianos. Sin embargo, las explosiones golpearon áreas civiles, entre ellas instalaciones universitarias. “Sólo una presión real sobre Rusia puede detener esto”, escribió el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, quien exigió sanciones concretas contra los sectores que alimentan la maquinaria militar rusa.
- El Dato: En lo que va del mes, las tropas rusas han lanzado cerca de 2,800 bombas aéreas, 60 misiles y más de 1,400 drones sobre Ucrania, señaló Zelenski.
Desde Moscú, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, insistió en que se atacaron “únicamente objetivos militares” y acusó a Kiev de utilizar civiles como escudos humanos, argumento para el cual no se han presentado pruebas. Rusia aseguró haber eliminado a más de 60 soldados, una cifra imposible de verificar de manera independiente.

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Nuevo ataque. La ciudad de Sumy, fue nuevamente blanco de ataques rusos la noche de ayer, cuando un misil y bombas guiadas impactaron en las afueras de la localidad, informó la Fuerza Aérea de Ucrania.
El ataque ocurrió un día después de que un bombardeo con misiles matara a 35 personas en la misma ciudad. Las autoridades locales indicaron que no se registraron víctimas.
Condena unánime. La ofensiva desató una ola de repudio en el continente europeo. El canciller designado de Alemania, Friedrich Merz, la tildó de “grave crimen de guerra” y pidió el envío de misiles Taurus a Ucrania, una solicitud que su antecesor Olaf Scholz rechazó. Francia también levantó la voz: su ministro de Exteriores, Jean-Noël Barrot, exigió sanciones “asfixiantes” para cortar los fondos de guerra del Kremlin.
Radek Sikorski, jefe de la diplomacia polaca, consideró que el ataque fue una respuesta cínica al acuerdo de alto al fuego propuesto por EU. Elina Valtonen, ministra finlandesa de Exteriores, ligó el atentado a una reciente visita del enviado de Donald Trump a Vladimir Putin, interpretándolo como una burla al proceso de paz.
A su vez, el presidente de EU, Donald Trump, describió el hecho como un “error”. Ayer, dijo que el error estaba permitiendo que la guerra comenzara en primer lugar, criticando al expresidente Joe Biden, Zelenski y Putin. “No tuve nada que ver con esta guerra, Pero estoy trabajando con la diligencia para que pare la muerte y la destrucción”, dijo en la Oficina Oval. “Todos tienen la culpa”.
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Posible diálogo. El canciller ruso, Sergei Lavrov, reconoció que restablecer las relaciones con EU tras años de tensiones no será fácil, pero afirmó que hay voluntad de diálogo y que “por fin hay gente sensata en la Casa Blanca”.
En entrevista con Kommersant, Lavrov acusó a Occidente de intentar frenar el acercamiento entre Trump y Rusia, pero señaló que el presidente estadounidense ha comenzado a comprender las raíces del conflicto en Ucrania y los errores de la OTAN.
Afirmó que Moscú no busca territorios, sino defender los derechos de los ciudadanos rusoparlantes.

