El despliegue del USS Carl Vinson y su grupo de ataque en el Mar Arábigo, confirmado por imágenes satelitales analizadas por The Associated Press, marca un nuevo capítulo en la escalada de tensiones entre Estados Unidos e Irán, justo antes de una decisiva ronda de conversaciones nucleares.
El portaaviones se une al USS Harry S. Truman, que ha encabezado una campaña aérea contra los hutíes en Yemen desde el 15 de marzo, como parte de una estrategia que funcionarios estadounidenses vinculan directamente con las negociaciones con Teherán. Ambos portaaviones han lanzado ataques coordinados en las últimas horas, según confirmó el Comando Central en su cuenta de X.
La ofensiva militar se produce en paralelo a un esfuerzo diplomático crucial. Irán y Estados Unidos retoman este fin de semana el diálogo sobre el acelerado programa nuclear iraní, en un intento por frenar el enriquecimiento de uranio que actualmente alcanza niveles del 60%, apenas por debajo del umbral necesario para armas nucleares.

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Steve Witkoff, enviado de Washington para Oriente Medio, confirmó que la administración Trump evalúa basarse en los términos del acuerdo nuclear de 2015, del cual EU se retiró unilateralmente en 2018. “Queremos un acuerdo verificable, sólido y duradero. Y eso incluye el enriquecimiento, los misiles y el detonador de una bomba”, declaró a Fox News.
El líder supremo iraní, ayatolá Ali Jamenei, adoptó una postura cautelosa pero abierta al diálogo. “No debemos ser ni demasiado optimistas ni demasiado pesimistas. Los primeros pasos se han ejecutado correctamente”, dijo el martes. Sin embargo, advirtió que no se deben vincular los asuntos internos del país al resultado de las conversaciones.
Aún se desconoce la sede definitiva de la próxima ronda. Aunque inicialmente se habló de Roma, Irán insiste en regresar a Omán, país que ya ha servido como anfitrión en rondas anteriores y con el que Trump sostuvo una llamada con el sultán Haitham bin Tariq.

