La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cerró ayer un acuerdo histórico para que sus 32 miembros aumenten su gasto en defensa hasta el 5.0% del Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2035. La medida, adoptada días antes de la cumbre de líderes en La Haya, busca reforzar la capacidad disuasiva de la alianza frente a amenazas como Rusia y aumentar la autonomía militar de Europa.
Tras intensas negociaciones, el pacto establece un objetivo común para toda la Alianza, aunque deja cierto margen de aplicación diferenciada. España fue el principal obstáculo del acuerdo, al oponerse desde el inicio a una subida uniforme del gasto. Finalmente, consiguió que se reconozca su situación particular, que le permitió trazar una senda de inversión por debajo del umbral del 5.0%, siempre que cumpla con las capacidades militares acordadas.
El compromiso quedó plasmado en una carta enviada por el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En el texto, Rutte admite que “España puede cumplir los objetivos con una trayectoria inferior al 5.0% del PIB”, y confirma que el acuerdo final brindará “flexibilidad soberana” para fijar su ritmo de gasto.

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La fórmula final de la OTAN combina 3.5% en gasto militar directo y 1.5% en inversión en seguridad e infraestructuras, una receta impulsada por EU y resistida por España. Para evitar el bloqueo, se adoptó un lenguaje amplio que menciona el compromiso colectivo del 5.0%, sin exigirlo a todos los países.
Así, España llega a la cumbre de La Haya con respaldo político y credibilidad de sus aliados.

