La tensión en Medio Oriente alcanzó un punto crítico luego de que Israel ejecutara un ataque aéreo contra líderes políticos de Hamas en Catar, lo que provocó un amplio rechazo internacional y la incomodidad del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El mandatario estadounidense calificó la acción como unilateral y aseguró que no contribuye ni a los intereses de su país ni a los de Israel, a la vez que adelantó una declaración oficial más amplia para este miércoles.
“Estoy muy descontento con todos los aspectos del ataque. No me entusiasma”, dijo Trump al llegar a un restaurante en Washington. “Queremos que los rehenes regresen, pero no nos entusiasma cómo sucedió hoy”. La reacción fue interpretada por analistas como un intento de Washington de tomar distancia de una operación que amenaza con alterar sus equilibrios diplomáticos en la región.
- El Dato: El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá este miércoles en Nueva York en una sesión de emergencia para tratar el ataque de Israel en Catar.
Mientras Israel defendía su acción militar como justificada, el primer ministro catarí, Mohammed bin Abdulrahman al-Thani, acusó a Tel Aviv de “terrorismo de Estado” y advirtió que los bombardeos ponen en riesgo las conversaciones de paz que Doha ha mediado durante meses entre Israel y Hamas. Catar, que alberga la base aérea estadounidense de Al-Udeid, la más grande de Washington en la región, afirmó que su soberanía fue vulnerada y que se reserva el derecho de responder.

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Por su parte, Hamas informó que cinco de sus miembros murieron en la ofensiva, entre ellos el hijo de Khalil al-Hayya, figura clave del grupo en Gaza y negociador en los diálogos de alto al fuego. Según la organización, el ataque buscaba asesinar a su equipo negociador, aunque los líderes sobrevivieron. Catar denunció además la muerte de un integrante de sus fuerzas de seguridad y la lesión de otros efectivos.
Agregó que el ataque en Doha muestra que Netanyahu no busca acuerdos y responsabilizó a Estados Unidos de avalar tácitamente la agresión. “Este acto es una prueba más de que Israel pretende dinamitar cualquier intento de negociación”, declaró el grupo en un comunicado.
- 64 mil 605 palestinos muertos desde 2023
- 83 mil fallecidos en las últimas 24 horas
- 399 gazatíes han perecido por inanición en el enclave
Asimismo, el gobierno catarí denunció que la operación israelí no sólo atenta contra su estabilidad interna, sino que constituye un mensaje directo contra su papel como mediador. “Se trata de una provocación y de una agresión injustificada contra un Estado soberano que ha buscado soluciones políticas a la crisis en Gaza”, señaló el primer ministro en un comunicado transmitido por la televisión estatal Al Jazeera.
Tras el ataque, Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y la Unión Europea condenaron la operación israelí, mientras que la ONU y el Papa León alertaron sobre la gravedad de la escalada. Naciones Unidas subrayó que “las agresiones en territorio soberano de un aliado de Washington abren un frente impredecible que compromete los esfuerzos de mediación y debilitan el derecho internacional”.
- El Tip: La Flotilla Global Sumud dijo que uno de sus barcos fue atacado por un dron en un puerto tunecino, el segundo ataque de este tipo en dos días.
REACCIONES EN ESTADOS UNIDOS.
En tanto, Trump escribió en redes sociales que bombardear en un “aliado cercano” sin coordinación no favorece los objetivos estratégicos de ninguno de los dos países. “Eliminar a Hamas es loable, pero hacerlo en Catar no promueve ni la paz ni los intereses compartidos”, afirmó.
La administración Trump aseguró haber recibido una advertencia poco antes del ataque, aunque sin tiempo para reaccionar. Según dos funcionarios estadounidenses citados por Reuters, la notificación se limitó a minutos antes de la ofensiva. En contraste, Doha sostuvo que cualquier aviso llegó cuando las explosiones ya sacudían la capital.
Del lado israelí, el primer ministro Benjamin Netanyahu defendió la operación y declaró que “los líderes terroristas ya no pueden gozar de inmunidad”. Añadió que la acción fue ordenada tras el tiroteo en Jerusalén que dejó seis muertos y la muerte de cuatro soldados en Gaza. Israel reconoció que el objetivo eran altos mandos de Hamas, aunque aún recopila información sobre bajas entre dirigentes. Según Netanyahu, la decisión se tomó de manera soberana y con pleno conocimiento de los riesgos diplomáticos.
Para algunos analistas en Tel Aviv, el operativo responde también a la presión interna que enfrenta Netanyahu, cuestionado por sectores de la sociedad israelí que lo acusan de prolongar una guerra sin rumbo claro y de desatender la liberación de los rehenes en manos del grupo terrorista. En ese sentido, la ofensiva en Doha puede interpretarse como una maniobra política destinada a mostrar fuerza y determinación en un momento de fragilidad interna.
GRAN DESPLAZAMIENTO EN GAZA.
El ataque en Catar coincidió con un nuevo operativo en la Franja de Gaza. Aviones israelíes ayer lanzaron panfletos ordenando la evacuación de zonas densamente pobladas, lo que generó pánico entre los residentes que ya enfrentan condiciones extremas tras casi dos años de guerra. Israel busca desmantelar lo que resta de Hamas en el enclave, pese a las advertencias internacionales sobre el riesgo de una catástrofe humanitaria.
En tanto, familias enteras buscan refugio en escuelas improvisadas mientras hospitales operan sin electricidad suficiente. Organizaciones humanitarias han señalado que la ofensiva israelí ha deteriorado aún más un sistema de salud colapsado y ha puesto en peligro a miles de pacientes que dependen de insumos médicos básicos.
En ese contexto, organizaciones internacionales y familias de rehenes israelíes alertaron que la ofensiva puede poner en mayor peligro a los cautivos. En Israel, sectores militares y civiles han advertido al gobierno sobre la expansión del conflicto, en medio de acusaciones de genocidio que pesan sobre Tel Aviv.
La magnitud del ataque en un territorio aliado de Washington plantea un escenario de incertidumbre para las negociaciones de alto al fuego en Gaza. Catar, que junto con Egipto ha servido como mediador central, no descartó continuar con sus esfuerzos, aunque reconoció que las conversaciones quedaron en un punto frágil.

