El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió ayer a Hamas que “varios países aliados” están dispuestos a intervenir militarmente en Gaza con “una fuerza considerable” si el grupo terrorista viola los términos del plan de paz impulsado por Washington. A través de Truth Social, el magnate aseguró haber recibido ofertas explícitas de apoyo de gobiernos árabes y asiáticos, y dijo esperar que Hamas “hagan lo correcto” para evitar una ofensiva.
“Varios de nuestros ahora grandes aliados en Oriente Medio, y en áreas cercanas, me han informado explícita y enfáticamente que estarían dispuestos, si yo lo solicito, a entrar a Gaza y enderezar a Hamas”, escribió el republicano. Trump insistió en que, por ahora, ha pedido contención a estos países y a Israel. “Todavía hay esperanza de que Hamas haga lo correcto. Si no lo hace, el fin de Hamas será rápido, furioso y brutal”, señaló.
- El Dato: La analista del International Crisis Group, Mairav Zonszein, afirmó que “lo único que impide que Israel siga destruyendo Gaza es Trump”.
El mandatario estadounidense reiteró que no enviará tropas de su país a la Franja y agradeció el respaldo de “todas las naciones que han llamado para ofrecer ayuda”, destacó en particular a Indonesia y a su presidente, Prabowo Subianto, por su “compromiso con la estabilidad regional y con Estados Unidos”.
El actual alto al fuego, vigente desde el 10 de octubre, es parte del plan de paz de 20 puntos promovido por la Casa Blanca. Éste contempla la liberación de rehenes israelíes, la excarcelación de prisioneros palestinos y la retirada parcial de las fuerzas israelíes de Gaza. Sin embargo, el acuerdo se ha visto comprometido por denuncias cruzadas de violaciones: Hamas acusa a Israel de haber vulnerado la tregua más de 80 veces, mientras el ejército israelí sostiene que el grupo armado rompió el pacto con enfrentamientos recientes en Rafah.
- 9 panaderías están activas en el sur de la Franja
- 750 toneladas de alimentos de 2 mil necesarios ingresaron a Gaza
En este escenario, el vicepresidente estadounidense, JD Vance, llegó ayer a Tel Aviv para reforzar la supervisión de la tregua y sostener reuniones con el primer ministro Benjamin Netanyahu y altos mandos israelíes. Desde el nuevo Centro de Coordinación Civil Militar, en el sur de Israel, Vance lanzó una advertencia directa: “Si Hamas no cumple con el acuerdo, empezarán a pasar cosas muy malas”.
El funcionario también explicó que el desarme de la organización será un proceso paulatino, dependiente de un “aparato de seguridad y humanitario” acordado con mediadores internacionales. Añadió que el plan de paz cuenta con el respaldo de “Israel y de todos nuestros amigos árabes del Golfo”.
Según la hoja de ruta diseñada por Washington, la segunda fase del plan incluiría la desmilitarización total de Gaza, el despliegue de una fuerza internacional de estabilización y un programa de reconstrucción con financiamiento de naciones árabes. Vance subrayó que la paz “va mejor de lo esperado”, pero reconoció que persisten grandes desafíos, entre ellos el regreso de los restos de 15 rehenes israelíes aún retenidos y la devastación de la infraestructura gazatí.
- El Tip: Una delegación de Hamas en Qatar acusó a Israel de demorar la implementación del acuerdo al mantener cerrado el cruce de Rafah. Turquía respaldó la postura del grupo.
Por su parte, el enviado especial de la administración Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff, sostuvo que “se están superando las expectativas” en la implementación del alto al fuego, mientras que Jared Kushner, asesor presidencial y arquitecto del plan, destacó la complejidad de pasar “de dos años de guerra intensa a una postura de paz”.
Durante su estancia, Vance presenció la devolución de los restos de dos rehenes más, lo que suma un total de 15 cuerpos repatriados desde el inicio del cese al fuego. Israel, en reciprocidad, entregará 15 cadáveres palestinos por cada rehén fallecido, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Asimismo, el Ministerio de Salud denunció que varios cuerpos de palestinos devueltos por Israel presentaban signos de tortura, incluidos grilletes de metal y heridas profundas. Solicitó una investigación de Naciones Unidas. El Servicio de Prisiones de Israel rechazó las acusaciones, aseguró que los detenidos recibieron “condiciones adecuadas”.
Los relatos de rehenes israelíes liberados refuerzan, por su parte, las denuncias de abusos durante su cautiverio: describen largas semanas con grilletes y escasos alimentos. Desde el inicio del conflicto en 2023, más de 68 mil palestinos han muerto, según datos del Ministerio de Salud de Gaza, cifras que la ONU y expertos independientes consideran creíbles, aunque Israel las cuestiona sin ofrecer un balance propio.
Entre la ayuda y la escasez. Mientras tanto, a pesar de los nuevos compromisos diplomáticos, el panorama humanitario en Gaza es alarmante. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) informó que ha enviado más de 530 camiones con alimentos en los últimos 10 días, una cifra muy por debajo de los niveles previos a la guerra, cuando ingresaban entre 500 y 600 por jornada.
El organismo mantiene 26 puntos de distribución activos y nueve panaderías operativas, aunque la destrucción masiva dificulta el acceso a las zonas del norte, donde medio millón de personas permanecen en situación de hambruna o riesgo extremo. “El tránsito del sur al norte es extremadamente difícil”, advirtió Abeer Etefa, portavoz del PMA en Ginebra.
En tanto, en los mercados, los precios de los productos básicos se dispararon durante el fin de semana, cuando enfrentamientos entre militantes y soldados israelíes elevaron la tensión. Un saco de harina de 25 kilos llegó a venderse a 70 dólares, aunque ayer bajó a 30, tras operativos de las fuerzas de seguridad de Hamas que obligaron a los comerciantes a reducir precios y evitar el acaparamiento.
Sin embargo, persisten serios problemas estructurales: el sistema bancario está prácticamente paralizado, y muchos gazatíes dependen de corredores informales para acceder a efectivo. “Sin dinero, no importa que los precios bajen”, resumió una residente de Deir al-Balah.
El PMA estima que actualmente sólo se logra ingresar 750 toneladas diarias de ayuda, lejos de las dos mil necesarias. Pide abrir todos los pasos fronterizos para incrementar la entrada de suministros y autorizar el ingreso de productos comerciales que alivien la escasez de alimentos frescos.


