El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insistió ayer en que no requiere autorización del Congreso para ordenar bombardeos contra intereses del narcotráfico ubicados en territorio venezolano, una afirmación que intensifica la controversia constitucional en Washington y eleva la tensión geopolítica en el Caribe. Aunque el mandatario dijo que no tendría inconveniente en informar al Poder Legislativo, dejó claro que no considera obligatoria esa consulta previa, incluso ante una eventual ampliación de las operaciones militares.
“No me importaría contárselo (al Congreso), pero no es para tanto. No tengo por qué decírselo, ya está comprobado”, declaró el magnate durante un acto en la Casa Blanca, al responder preguntas de la prensa. La declaración se produce en medio de una campaña sostenida de presión contra el gobierno de Nicolás Maduro y tras advertencias públicas de que podría comenzar ataques contra “objetivos terrestres” en Venezuela.
- El Dato: Desde septiembre, Estados Unidos comenzó a atacar supuestas “narcolanchas” en el Caribe y el Pacífico oriental. Acción forma parte de la Operación Lanza del Sur.
Las palabras del republicano contrastan con lo expresado días antes por la secretaria de Gabinete, Susie Wiles, quien reconoció en una entrevista que una incursión militar en suelo venezolano equivaldría a “la guerra” y que, en ese escenario, sí necesitaría la aprobación del Congreso. Lo cual expuso tensiones en torno al alcance de las facultades presidenciales para autorizar el uso de la fuerza armada sin supervisión legislativa.

EI celebra el ataque antisemita en Sídney
Desde el verano, la administración Trump ha incrementado su presencia militar en aguas del Caribe con el argumento de combatir el narcotráfico, actividad de la que también acusa al gobierno venezolano. A partir de septiembre, fuerzas estadounidenses han bombardeado de manera sumaria más de dos docenas de embarcaciones señaladas como narcholanchas, con un saldo cercano a un centenar de muertos.
- 27 ataques se han perpetrado en el Caribe y Pacífico oriental
El jueves el ejército estadounidense informó en la noche que llevó a cabo ataques cinéticos contra otros dos buques sospechosos de contrabandear drogas en el Pacífico oriental. “Un total de cinco narcoterroristas hombres murieron durante estas acciones: tres en el primer buque y dos en el segundo. Ningún miembro de las fuerzas militares estadounidenses resultó herido”, declaró el Comando Sur de Estados Unidos en X. Con esta nueva ofensiva, se eleva el número de muertos a 104, 29 botes y 27 ataques.
El mandatario estadounidense acusó además al Ejecutivo venezolano de haberse apropiado de activos petroleros estadounidenses, en aparente referencia a las expropiaciones realizadas durante el gobierno de Hugo Chávez.
- 29 embarcaciones supuestamente con droga han sido atacadas por EU
En este contexto, Venezuela autorizó la salida de dos superpetroleros con destino a China, de acuerdo con fuentes familiarizadas con las operaciones de exportación de crudo. Cada uno transporta alrededor de 1.9 millones de barriles de petróleo pesado Merey y no figura en la lista actual de sanciones estadounidenses. Sin embargo, las embarcaciones planean navegar con los transpondedores apagados desde el principal puerto petrolero del país, Jose.
Esta práctica es característica de la denominada “flota fantasma”, integrada por buques que ocultan o falsean datos de ubicación para transportar crudo iraní, ruso o venezolano. Aunque muchos de estos barcos no están formalmente sancionados, operan sin respaldo de aseguradoras occidentales y permanecen expuestos a medidas punitivas por parte de Estados Unidos.
- El Tip: La Cámara Baja del Congreso de EU rechazó limitar el poder de Trump para usar milicia contra Venezuela y cárteles.
Tras la reciente incautación de un petrolero frente a las costas venezolanas, varios buques cargados con millones de barriles de crudo permanecen detenidos en aguas del país sudamericano, ante el riesgo de ser interceptados. Washington ha reiterado que su bloqueo se limita a embarcaciones sancionadas, pero ya impacta el flujo de exportaciones.
REACCIONES. La escalada estadounidense provocó fuertes críticas en América Latina. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, cuestionó los argumentos del magnate sobre la supuesta apropiación de recursos petroleros y denunció lo que consideró un doble rasero histórico.
“Porque Texas es un territorio invadido, no fue vendido, fue invadido, igual California y todo el sur de los Estados Unidos”, afirmó Petro durante una intervención pública. “Ahí sí un presidente latinoamericano puede decir devuélvanlo, nos lo robaron”, añadió, al contrastar las exigencias de Trump con las limitaciones históricas impuestas a los gobiernos de la región.
Desde Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva reiteró su disposición a actuar como mediador entre Washington y Caracas para evitar un conflicto armado en América Latina. “Le dije a Trump que ésta es una región de paz, que debe seguir así”, declaró Lula, tras confirmar conversaciones separadas con Trump y con Maduro.
El líder brasileño sostuvo que los problemas no se resuelven “con tiros”, sino mediante el diálogo político, y dijo no comprender del todo el origen de la confrontación, ya sea por petróleo, minerales estratégicos o un intento de derrocar al gobierno venezolano. México y otros países de la región también han llamado a la moderación.
Por su parte, Rusia calificó la situación de “potencialmente muy peligrosa” y expresó su preocupación por decisiones unilaterales que amenazan el transporte marítimo internacional.
“Esperamos que la Administración de Donald Trump, caracterizada por un enfoque racional y pragmático, no cometa un error fatal”, señaló el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso en un comunicado. China, comprador de crudo de este país, también se pronunció contra lo que calificó como “intimidación unilateral”.

