El asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, además de la tragedia humana que todo homicidio implica, abre una preocupación pública mayor.
Las funciones de policía y ministerio público caminan a su paso, mentira que sea al mismo con que se trabaja en cualquier crimen del fuero común, aun así, lo que informaron la fiscal morenista y el jefe de la Policía capitalina, ya lo sabíamos.
Planeado, hecho por sicarios profesionales. El móvil se desconoce y quizá, como sucede con la violencia asociada a la política y al Gobierno, el motivo, la razón y el objetivo jamás se esclarezcan del todo.

Reconocimiento al Ejército
Se infiere como respuesta a los golpes legales en contra de la no asumida delincuencia organizada que se apodera de barrios chilangos, o como cobro por compromisos inconfesables e incumplidos, o como amenaza por algo que está por suceder. Pura especulación. Y así quedará.
La penosa muerte de dos funcionarios públicos profesionales, sencillos y de buena reputación cimbra la percepción de avances en seguridad, de inteligencia y legalidad que el Gobierno debe a los ciudadanos.
La construcción de esa nota, en tiempo real y cadena nacional, observando a la Presidenta en plena mañanera enterarse, contenerse mientras Omar García Harfuch operaba, al tiempo que el Gobierno de la Ciudad de México articulaba la tarjeta informativa que sería columna de la narrativa durante las primeras horas de ese día, quedará en el registro de los momentos sísmicos del poder.
Una parte del segundo piso de la 4T, del sexenio de Claudia Sheinbaum, se esfuerza por ser profesional, honrar sus mantras, actuar en consecuencia y, sobre todo, con sobriedad republicana.
Pero hay otra y grande que abreva y añora al primer piso de esa llamada transformación de la vida pública nacional que se nutre del espectáculo, del vodevil legislativo, de la grilla sindical, del músculo corporativo.
Mientras México se pregunta quién manda, el presidente del Senado somete a escarnio a quien interrumpió su deleite chabacano, ocurrente, dicharachero y echado para adelante.
Mientras la cúpula de la 4T 2.0 mantiene la compostura, la CNTE tan afecta al poder de las cañerías nacionales, provoca la primera mañanera on-line. Justo el día después del asesinato de Ximena y José.
Y la segunda jornada de luto inició con demora de la susodicha mañanera por una llamada de Claudia Sheinbaum con Donald Trump, que no conoce de agendas ni programación. Y la Presidenta no dio detalles del encuentro telefónico. Ayer, Marcelo Ebrard algo dijo.
Los resabios de los permisivos abrazos no balazos los pagamos todos, el segundo piso incluido hasta con intereses, con halcones que desde la Casa Blanca o el Capitolio presionan a diario, con llamadas, con recortes de periódico con las últimas noticias.
Mientras tanto, la CNTE incomoda, manda mensaje, y los duros se acomodan, payasean, son estridentes. Están en la plenitud del poder.

