VIÑETAS LATINOAMERICANAS

Una comunista por la presidencia de Chile

Rafael Rojas. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón
Rafael Rojas. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: larazondemexico

Las elecciones primarias de la izquierda chilena fueron ganadas con amplia ventaja por la joven dirigente del Partido Comunista, Jeannette Jara (Conchalí, 1974). Se trata de un triunfo indudable de los comunistas dentro de una coalición de izquierda, que desde los tiempos de la Concertación de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, continuando con los del Frente Amplio de Gabriel Boric, siempre ha estado encabezada por socialistas.

Pero se trata, también, de un triunfo que descansa sobre un gran abstencionismo electoral. Menos de un millón cuatrocientas mil personas fueron a votar, lo que equivale a menos del 10% del padrón electoral. Más del 90% del electorado chileno no participó en la elección de Jara. Hablamos, pues, de una candidatura minoritaria, por ahora, que deberá enfrentar a dos candidaturas de derecha mejor posicionadas, la de José Antonio Kast, que arranca con una base de 24% de aprobación, y la de Evelyn Mattei, con cerca de 10% de apoyo.

Las dos candidaturas de derecha doblan en intención de votos a Jara. Muy probablemente, el hecho de que la izquierda sea encabezada por una líder comunista que, a pesar de su moderación, es percibida en la zona más izquierdista de la alianza gobernante, impulse decisivamente la candidatura de Kast, quien se ubica en el polo más derechista del bloque conservador.

Si Carolina Tohá u otra opción más moderada hubiese vencido en estas primarias, la contienda habría podido moverse al centro, donde Mattei tendría más posibilidades que Kast. Con el actual desenlace, tal vez haya que esperar un desplazamiento del voto de derecha a favor de Kast, en el que veremos reeditarse, en Chile, todo el mantra anticomunista que ha acompañado a Donald Trump en Estados Unidos, Jair Bolsonaro en Brasil y Javier Milei en Argentina.

Quienes ven el mundo desde el viejo prisma de la Guerra Fría suponen imposible que una comunista encabece una democracia en América Latina. Pero la historia de los partidos comunistas de nuestra región muestra que, mayoritariamente, los militantes de esa corriente de izquierda no han sido partidarios de la creación de regímenes de partido único y ausencia de libertades públicas. Han respaldado ese tipo de régimen en Cuba, pero no en sus propios países, por lo menos, hasta las autocratizaciones recientes de Venezuela y Nicaragua.

Jeannette Jara lo ha reiterado durante la campaña de las primarias: su proyecto no es “refundacional”, es decir, no parte de un abandono de la democracia pluripartidista y la economía de mercado en Chile. También ha dicho que en Venezuela subsiste un “régimen autoritario” o una “dictadura” y que en Cuba se “vulneran derechos”, aunque cuestiona también la política del embargo comercial de Estados Unidos contra la isla. Ninguna de estas ponderaciones o matices impedirán que Kast y la derecha chilena, y sus aliados regionales, articulen un mensaje de “peligro para Chile” en torno a la candidatura de Jara.

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