La opinión social aprueba el desempeño de la primera Presidenta en México. Quienes temían un efecto negativo en razón de género, descubren que la sucesora de López Obrador pisó firme Palacio Nacional.
Es evidente que la administración Sheinbaum no exentó coyunturas domésticas y globales que han puesto bajo presión el control y la narrativa del nuevo sexenio.
Adentro, la balcanización de Morena —dicen algunos observadores, natural e inevitable ante la acumulación y disputa del poder—, en concierto con el imperio del crimen organizado, la politización de la delincuencia.
Sinaloa y Tabasco hundidos en sospechas sobre la probidad de la claque lopezobradorista y el inexplicable apoyo partidista a un gobernador.
En Veracruz, la crónica de una maestra jubilada que complementaba su ingreso manejando un taxi, levantada, sometida y grabada en video para dar testimonio que el transporte jarocho debe pagar peaje a bandas de criminales para, finalmente, aparecer muerta.
No asesinada activamente por sus encapuchados captores, sino por un infarto, es decir, la mataron por las consecuencias de sus actos, la historia registra a la gobernadora morenista Rocío Nahle espetando una estulticia memorable, “la maestra murió de un infarto, les guste o no les guste”.
Ese México abatido por delincuentes impunes gracias a políticos medrosos, soberbios e incapaces, es con el que Claudia Sheinbaum lidia, con su supersecretario Omar García Harfuch, soldados y marinos juntos resistiendo, gestionando, las presiones de Donald Trump y su bloque guerrerista.
La coyuntura internacional ha retado inéditamente al Gobierno mexicano. Trump acapara una dilatada lista de efectos económicos detestables.
En el clímax de su guerra comercial mundial, administrada por entregas y amenazas sinfín sobre aranceles a diestra y siniestra, que justifica por inequidad en las importaciones y exportaciones o bien por apoyar al creciente Estado palestino ante el embate, con tintes de Holocausto, que le inflinge el Gobierno de Israel, la administración Sheinbaum capotea al de la Casa Blanca.
La revisión y probable renegociación del T-MEC éste o el próximo año, como estaba prevista, obliga a una profunda reconfiguración de cadenas de suministro, reglas de origen, corredores industriales y el ecosistema logístico nacional para resolver integralmente lo que la productividad nacional demande hoy y en el futuro.
Todas y cada una de las coyunturas macro y micro, internas o externas, le han servido a la Presidenta Sheinbaum y a su régimen, para apuntalar la popularidad, que, sin duda, tendrá descensos y ascensos en el tiempo, y más importante, su hegemonía para ejecutar un proyecto político que se consolida de cara al futuro 2030.
El pronóstico de crecimiento económico este año pinta mejor que hace seis meses, el próximo año será expansivo comparado con este. En 2027 elecciones intermedias, revocación de mandato y otra votación para el Poder Judicial. En resumen, acomodo circunstancial e intención política para el segundo piso de la 4T.

