LA VIDA DE LAS EMOCIONES

Solteras por decisión

Valeria Villa<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Valeria Villa*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

En días recientes se publicó un artículo en la revista Vogue titulado “¿Es que ahora da vergüenza tener novio?”, en el que se plantea como idea principal que la soltería no es ya un estado de transición en lo que se espera el amor, sino una forma de bienestar elegida libremente por muchas mujeres cansadas, decepcionadas, desilusionadas o simplemente muy ocupadas y satisfechas con sus vidas de solteras.

Varios estudios reportan una “fatiga de citas”, sobre todo en mujeres heterosexuales, que hablan de citas desastrosas que las dejan sin ganas de volver a salir; también de “banderas rojas” en los varones como consumo excesivo de alcohol y otras drogas, narcisismo patológico, manifestado en la incapacidad de hacer otra cosa que no sea hablar de sí mismos, jamás escuchar ni hacer preguntas y eso sí, ofrecer muchas explicaciones y rollos no solicitados. Muchas mujeres han visto a madres y amigas caer en las garras de la inevitable monotonía de las relaciones estables y prefieren evitársela. Pero sobre todo, muchas mujeres aspiran a ser autónomas, tienen profesión, estabilidad, planes y proyectos y no necesitan de una pareja como un requisito para sentirse realizadas y exitosas.

Los modelos tradicionales de relación cambiaron. Son cada vez menos las mujeres dispuestas a someterse a cambio de la estabilidad que les prometía el patriarcado. Muchas mujeres están decidiendo dejar de salir, dejar de tener pareja, para dedicarse a cuidar su bienestar, su vida profesional y sus relaciones de amistad. Parece que ahora es mucho más importante recuperar espacios personales y poner límites en las relaciones, sobre todo lo que resulta inaceptable, enfermizo o simplemente, como dicen las jóvenes, no negociable.

El fenómeno de perderse a sí mismas cuando tienen pareja es algo de lo que hablan muchas mujeres. Todas hemos sido esa persona o hemos tenido a esa amiga que desaparece cuando tiene pareja y reaparece cuando se separa.

La identidad de las mujeres ha estado históricamente definida por los hombres que están en sus vidas, pero nuevas identidades femeninas, al margen de lo masculino, emergen con cada vez más fuerza. Esta época ha sido definida como de heteropesimismo, no como una tendencia, sino como una realidad de muchas mujeres que prefieren no tener pareja a tener una de mala calidad. Los varones se han rezagado académica y emocionalmente. Les ha sido difícil entender y aceptar a las mujeres que no se someten, que son autosuficientes, que no necesitan que las ayuden y que quieren una relación igualitaria, con alguien maduro, con sus asuntos emocionales más o menos resueltos.

Mujeres tan influyentes como Rosalía se declaran en celibato voluntario y reciben toda clase de agresiones como si tener una vida sexual activa fuera señal inequívoca de salud física y mental. No querer tener pareja sí es, en muchos casos, una reacción ante la desilusión. Muchas pacientes dicen haber vivido suficientes experiencias y fracasos amorosos como para volverlo a intentar y prefieren nutrirse amorosamente con sus amigas y amigos, encontrando sentido en sus vidas profesionales, estudiando, haciendo deporte, viajando, quitando del centro de la existencia la aspiración de encontrar un hombre como si se tratara del fin último de la vida humana.

Solteras por decisión Valeria Villa

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