Especialistas, autoridades y legisladores advirtieron que el turismo no es gentrificación, pero este acelera sus consecuencias, entre ellas el desplazamiento.
La consultora Adriana Enríquez explicó que es necesaria una regulación para aplicaciones como Airbnb, ya que estos servicios generan un impacto económico que representa 15 por ciento de los ingresos turísticos de la ciudad.

Urgen regular Airbnb y plataformas turísticas ante avance de la gentrificación en CDMX
“Lo que requerimos es una mayor regulación, no un mayor impuesto. Para darnos una idea, los trabajadores digitales generaron una derrama de 9 mil 300 millones de pesos, lo que representa el 15 por ciento de los ingresos totales turísticos de la ciudad”, señaló la también especialista en urbanismo y vivienda.
Esto lo explicó en el foro Turismo que suma y no desplaza, realizado en el Congreso de la Ciudad de México, que se llevó a cabo en el marco del anuncio realizado por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, quien adelantó que el próximo 16 de julio presentará un conjunto de 14 medidas para enfrentar la gentrificación en la Ciudad de México.
Esta declaración se dio días antes de la segunda marcha contra la gentrificación, convocada por colectivos organizados, y prevista para el 20 de julio. De acuerdo con los organizadores, esta nueva movilización busca ampliar la denuncia del despojo habitacional, señalando que el fenómeno ya no se limita al centro de la ciudad.
Afirmaron que barrios del sur capitalino también sufren los efectos de la gentrificación. Los colectivos exigen políticas públicas que regulen las rentas, limiten el uso de plataformas como Airbnb y garanticen vivienda asequible para habitantes de toda la ciudad, no solo para las colonias tradicionalmente afectadas.
Con relación a la oferta de vivienda, Enríquez detalló que actualmente existen 26 mil inmuebles disponibles en la Ciudad de México a través de plataformas turísticas. De ese total, 66 por ciento corresponde a viviendas completas, es decir, unidades que se rentan en su totalidad, lo cual reduce significativamente la disponibilidad de espacios para renta habitacional tradicional.
Aunado a ello, la consultora explicó que ese mismo porcentaje está operado por multigestores, principalmente empresas del sector turístico. Según Enríquez, esta práctica ha crecido 28 por ciento en los últimos años, con especial concentración en zonas de alta presión inmobiliaria, donde la demanda y los precios han aumentado aceleradamente.
“Actualmente hay 26 mil viviendas ofertadas en la capital; 66 por ciento son viviendas completas, y el mismo porcentaje es operado por multigestores como empresas turísticas. Esta modalidad ha crecido un 28 por ciento en los últimos años, sobre todo en zonas de alta presión inmobiliaria”, añadió.
Por su parte, la presidenta de la Comisión de Turismo del Congreso local, Luisa Ledesma Alpízar, enfatizó que es necesario distinguir entre turismo y gentrificación. Aclaró que la llegada de personas con mayor poder adquisitivo tiende a desplazar a poblaciones de bajos ingresos, y que el turismo puede acelerar este proceso al elevar la demanda de servicios y vivienda, lo que impacta en los precios.
“La gentrificación, en esencia, implica la llegada de residentes con mayor poder adquisitivo a zonas previamente habitadas por poblaciones de menores ingresos, lo que a menudo deriva en el desplazamiento de estos últimos. El turismo, en cambio, puede actuar como un catalizador de la gentrificación al aumentar la demanda de viviendas y servicios en áreas atractivas para los visitantes, elevando los precios y transformando la oferta comercial de los inmuebles”, indicó Ledesma Alpízar.
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