La serie Nadie nos vio partir es la adaptación de la novela de Tamara Trottner, donde cuenta que cuando tenía cinco años, su padre la llevó junto a su hermano fuera de México sin el consentimiento de su madre.
El padre, nombrado ficticiamente Leo, los conduce a otro país bajo la idea de un viaje familiar. Sin embargo, tras una intensa batalla, el hecho resultó ser una sustracción parental.
Ante la popularidad de esta intrigante historia, el público de Netflix ha expresado curiosidad por la identidad del papá de Tamara y sobre qué fue de su vida. A continuación, te contamos lo que se sabe.
¿Quién interpreta a Leo Saltzman en la serie?
En la producción Nadie nos vio partir, el personaje de Leo Saltzman es interpretado por el histrión Emiliano Zurita, hijo de los actores Humberto Zurita y Cristian Bach.
El intérprete originario de la Ciudad de México da vida a un hombre perteneciente a una familia poderosa de la comunidad judía en la capital del país de los años sesenta, cuya vida da un giro lleno de drama y venganza cuando decide alejarse de su esposa y llevarse a sus hijos sin avisarle.
¿Qué pasó con el papá de Tamara Trottner, Leo Saltzman de Nadie nos vio partir?
En la serie:
En la ficción de la serie, Leo Saltzman aparece como un hombre casado con Valeria, una unión de conveniencia entre dos familias influyentes. Cuando él se entera de la infidelidad de su esposa, y bajo la influencia de su padre y del peso de las apariencias, Leo toma la decisión de llevarse a sus hijos —Tamara e Isaac— fuera de México sin avisar a su madre.
Leo y los niños viajan a lugares como Italia, Francia, Sudáfrica e Israel, mientras Valeria los persigue en una búsqueda incansable, junto a detectives privados.
Al finalizar la serie, Leo enfrenta las consecuencias de sus decisiones ya que sufre la ruptura con sus hijos, se entrega a las autoridades y el caso se va a tribunales. Al final, las autoridades le otorgan a Valeria la custodia de Tamara e Isaac.
En la vida real:
Según la investigación de la propia Tamara Trottner y lo que relata en su libro y entrevistas, su padre pertenecía a una de las familias más influyentes de la comunidad judía de México.
Luego de que su hermano y ella fueran rescatados del secuestro realizado por su propio papá, se alejaron de él. Años después, cuando Tamara tenía 30 años aproximadamente, se reencontró con él. Mencionó en una entrevista que, aunque no todo se pudo “resolver”, el encuentro permitió que ella comprendiera más de su historia familiar y conocer la versión de su padre.