La selectiva articulación de los estímulos sonoros con la que en la producción mexicana Tormento difuminan los límites naturales para proyectar la falta de claridad mental de una joven guardia de seguridad, desde un principio genera un efecto de inmersión que al combinarse con el retorcido manejo de la perspectivas y los inquietantes juegos espaciales dentro de los cuartos y pasillos de la morgue a la que es asignada en el turno nocturno, consigue una pesadilla laberíntica impulsada por el remordimiento y la vigilia, y que conecta con el espectador al despertarle la sensación de que pudiera llegar a ser causante de un hecho trágicamente similar al que aquí motiva toda la historia.
Los desconcertantes pasajes de lo que se convierte en una noche interminable de asedio, se suceden con la suficiente parsimonia para hacer que la carga de angustia se acumule y prepare las mórbidas apariciones hasta hacer funcionales los respectivos y calculados sobresaltos, aunque no todos alcancen los altos decibeles que pretenden.
La joven actriz Natalia Solián -Zapatos Rojos (2022), Huesera (2022)- le otorga una sólida progresión emocional a su personaje, pese a que el enfoque de la propuesta no saca todo el provecho del dilema moral que le representa el eludir su responsabilidad ante un hecho atroz, siendo además de una representante de la ley, una estudiante de derecho. En cambio la película prefiere arrojar algunos apuntes religiosos sacados casi de la nada y que muy poco aportan en realidad, amén de restarle potencia a un gran momento culminante enmarcado con la frase “la salida está aquí” al hacerle un innecesario agregado por parte del coprotagonista que solo reitera lo que ya estaba convenientemente implícito.
Tormento, del director Ollallo Rubio -This is Not a Movie (2010), Gimme the power (2012)-, pese a no ser del todo consistente en su enfoque, es una pieza de género en toda la línea, cumplidora en su ejercicio, efectiva en su contextualización de deteriorada urbanidad, y espeluznante en su tratamiento de la culpa como un ciclo interminable de terror.


