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Licorice Pizza: ¿Por qué ver la película nominada en los premios Oscar 2022?

“Licorice Pizza” se estrena en cines de México; te decimos por qué ver la película nominada en los premios Oscar 2022

Licore Pizza: ¿Por qué ver la película nominada en los premios Oscar 2022?
Licore Pizza: ¿Por qué ver la película nominada en los premios Oscar 2022?Especial
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Es irresistible la manera en que el otrora responsable entre otras galardonadas producciones como “Boogie Nights” (1997) y “Petróleo Sangriento” (2007) va proyectando en Licorice Pizza, película nominada en los Oscar 2022, los sentimientos a través de texturas y colores para dotar de belleza hasta los momentos más incómodos del proceso de madurez.

Ese proceso que detona inminente en la adolescencia, llevando lo cotidiano a bordear con sutileza lo idílico que nunca deja de ser tan encantador e imperfecto como la vida misma, en una evocación con todas las libertades que permite el rango de lo que fue real y como es que uno quiere recordarlo.

En “Licorice Pizza”, la inesperada relación entre un niño actor de 15 años y una chica veinteañera del Valle de San Fernando en Los Ángeles, California, es la materia prima para el emotivo choque entre la visión infantil y el mundo adulto, yendo y viviendo con naturalidad y sin dejar que la intensidad se desborde, del romance a la amistad como una forma de recuperar la candidez de la vida.

Es eso lo que da pie a una estilizada materialización de los 70 que, aunque apuesta por la nostalgia, va más allá de ella hasta pisar los terrenos del recuerdo vivido. Gracias a una cámara cadenciosa pero obsesionada con la pulcritud, que nunca pierde el paso en recorridos íntimamente ligados al compás de temas que rebosan pasión y lúdica complicidad —entre ellos algunos de Nina Simone, David Bowie y Paul McCartney— el director y su estilo que alude a la nula tira del cine clásico, representa la vitalidad juvenil, hilvanando visiones luminosas y salpicadas de referencias específicas al mundo análogo, invitando a sumergirse en él y recuperar la capacidad de emocionarse con la sencillez.

Hay situaciones que, aunque presumen cierta fatalidad dándole la profundidad emocional necesaria al relato, evitan caer en cualquier exceso melodramático vistiéndose de humor desfachatado, el cual también sirve para salvar un par de pasajes que en realidad aportan poco, pero son sumamente divertidos, cómo aquel con Bradley Cooper interpretado a Jon Peters.

Todo además se nutre con el vivaz y refrescante desempeño de la casi recién llegada Alana Haim y el debutante Cooper Hofman, cuya química desborda la pantalla de genuina humanidad, para alcanzar al espectador causando el mismo efecto cautivador que surge entre ellos.

“Licorice Pizza” de Paul Thomas Anderson, justa nominada a los premios Oscar en la categoría de Mejor Película, es una embriagadora muestra de depurado manejo del lenguaje cinematográfico y profundo amor por contar historias.

rc