En Teuchitlán, Jalisco
Frente a la puerta de entrada a la construcción antigua del Rancho Izaguirre, 90 personas buscadoras, entre padres y madres, expresaron su expectativa y ansiedad por que en ese lugar se amplíe la búsqueda y rastreo de más indicios que permitan aproximarse a lo que ahí sucedió y quién pudo estar en el sitio.
Este procesamiento de la escena involucraría que sean escarbadas más zonas del rancho, pues aseguran que a través de llamadas anónimas se les han dado pistas para que más cuerpos sean descubiertos.

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- El Dato: Alejandro Gertz Manero, fiscal general de la República, afirmó el miércoles que sí hay restos humanos en el Rancho Izaguirre, pero todavía no hay un dictamen concluyente.
Raúl Servín, vocero de Guerreros Buscadores de Jalisco, en entrevista con medios durante la visita de ayer al lugar de los hechos en los que en días anteriores fueron descubiertos decenas de zapatos y otros objetos pertenecientes a personas presuntamente desaparecidas, afirmó que en el caso de “la bodega”, si se busca y se levanta el adoquín que tiene el lugar, “se podrían encontrar más cuerpos”.
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También indicó que en el caso de un lugar, al fondo del rancho en el que hay llantas, si se escarba más profundo, “también se podrían hallar más cuerpos, no sólo enteros, sino desmembrados”, aseguró.
Expuso que al momento hay 10 madres del colectivo que han identificado prendas con las que sus hijos salieron de su hogar y que procederán a llevar los procesos de identificación más a profundidad.
Porfirio Quezada, quien también es integrante del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, llegó a este punto de Teuchitlán con la esperanza de localizar algún indicio de Fanny Areli Quezada Sotelo, su hija, desaparecida hace cuatro años.
Él y su esposa llegaron al Rancho Izaguirre para seguir la pista de su hija, a quien describió como “alegre”. Además, planteó que “se podría hacer más en el lugar” para poder obtener más restos, o incluso ropa.
Ante el recuerdo de su hija, con la voz cortada, señaló que “yo siento que está viva. Mientras no encuentre lo contrario, mi hija sigue viva”, comentó a La Razón. Además, agregó que desde hace un tiempo, “a veces, en mis sueños, siento que ella estaba en un rancho y esa era mi inquietud por entrar al rancho”.
Explicó que “éste es uno de los puntos más grandes que Guerreros Buscadores de Jalisco han encontrado y estamos aquí para descartar que mi hija estuviera aquí”.
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Como Porfirio, Nancy Briones también busca a su hijo desde hace cuatro meses. Explicó que se perdió luego de que le dijera que había conseguido un trabajo. La última vez que supo de él, relató, fue a través de la señal de su celular, la cual se perdió en una terminal camionera en Jalisco.
“Mi hijo desapareció el 7 de noviembre de 2024, cuando al parecer le ofrecieron un trabajo. A él se lo manejaron como que nada más iban a ser tres días. A mí nunca me dijo nada, sólo a su novia le comentó que se iría a trabajar con unos amigos. Se quedó de ver con ellos en la central camionera de Zapopan y ahí fue la última conexión de su celular”, aseguró en entrevista.
- 16 días hace que se descubrió el Rancho Izaguirre
En el corazón, dijo, “tengo mucha esperanza y mucha fe. Quiero seguir siendo positiva. Por ahora no tengo indicios de que esté aquí”; sin embargo, afirmó que apoyará a sus compañeras en su búsqueda.
De igual manera, Mari Vázquez busca a su hijo Ángel de Jesus López Vázquez, quien desapareció el 18 de junio del 2022. Ella también coincidió en que su hijo desapareció luego de que supuestamente adquiriera trabajo; sin embargo, afirmó que sólo tuvo un comentario, más no detalles.
“Un día me habló y me dijo: ‘¡mamá, ya tengo trabajo!’, y luego se fue a trabajar y desde ahí ya no supe nada”, Relató. Indicó que la búsqueda que ha llevado a cabo desde hace tres años la hace junto a su colectivo y también junto a su esposo, pues con su familia no ha podido contar.
“Lo busco con mis compañeras, pero también lo busco con mi esposo, porque para esto la familia no te apoya, se quita. ‘No te juntes con ella porque se te va a pegar’, han dicho. No hay nada de empatía de tu familia y prácticamente estamos mis hijos, mi esposo y yo buscando a mi niño”, dijo.
Sobre la esperanza de poder localizar una pista del paradero de su hijo, refirió que “es lo que me mantiene todavía de pie; pero ya son tres años. De verdad que ya no es fácil, nada más porque tengo más hijos y porque quiero encontrarlo a él. Eso es lo que aún me mantiene de pie”.

Entre los testimonios que La Razón recogió en el Rancho Izaguirre está también el de Virginia Martínez, quien ha estado presente en los hallazgos del lugar. Indicó a este diario que busca a su hijo José Antonio Alvarado Martínez, a su novia Brenda Sagrario y a su pareja Armando Galindo.
“A ellos se los llevaron de mi domicilio un 23 de agosto”, narró. Como persona buscadora, refirió que aunque hacen la lucha por encontrar pistas, “nadie quiere encontrar a sus familiares de esta manera. Vine con esa esperanza de encontrar alguna prenda o algo que me lleve a mi hijo, pero desgraciadamente aún no he encontrado nada”.
Demandó, además, que se sigan haciendo las indagatorias pertinentes para que se encuentren más restos, y aseguró que “yo tengo la esperanza y la fe, más que nada en Dios, de encontrar a mi hijo vivo”.
María del Carmen busca a su hija Nayelli Rangel, quien desapareció el 6 de febrero del 2021. Contó que lo último que supo de ella es que “su patrona la invitó a salir y jamás volvió mi hija y esa mujer se escondió, pero siempre ha asegurado que no tiene nada que ver con la desaparición”.

La entrada al Rancho Izaguirre fue organizada por la Fiscalía General de la República, la cual trasladó desde Guadalajara a Teuchitlán a más de 90 representantes de medios de comunicación en un convoy de más de siete camiones de pasajeros, así como un dispositivo de seguridad de la propia FGR en colaboración con la GN.
Este recorrido se realizó a petición del fiscal general Alejandro Gertz Manero, en señal de apertura para esclarecer el caso, pues el miércoles afirmó que se aceptarán todas las pruebas que se aporten. Sin embargo, durante cuatro horas aproximadamente, el Rancho Izaguirre estuvo abierto, pero no hubo autoridad que explicara algo.
El fiscal señaló ese día que aún no hay pruebas periciales para establecer que se cremaron cuerpos en el lugar, pero afirmó que sí se encontraron restos humanos. También sostuvo que, al momento, no hay pruebas para establecer que el lugar era un campo de exterminio o de adiestramiento.

Reprochan que la visita fue una especie de “tour”
| Por Ulises Soriano
Madres, padres y familiares buscadores que acudieron ayer al Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, reclamaron que la visita que permitieron las autoridades fue una “simulación” y “una burla” que derivaron en una especie de “tour” por un “museo” o un “zoológico”, en el que no se les permitió realizar su labor.
Con trabas incluso para ingresar después de ser “invitados” por la Fiscalía de Jalisco, los integrantes de los colectivos, bajo la consigna de “¡queremos entrar, queremos entrar!”, lograron evadir el cerco policiaco e ingresaron al rancho Izaguirre, casi a la fuerza.
Esta es la primera vez que los familiares de personas desaparecidas pueden ingresar a este terreno de una hectárea, luego de que la Fiscalía de Jalisco procesara el lugar y la Fiscalía General de la República recibiera su custodia.
Mari Vázquez, madre del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, argumentó a La Razón que “te meten (al rancho) y es una burla”, pues además de estar cercado y sin un acceso real, no les permiten realizar su trabajo. “No se vale que esto sea una simulación”, afirmó.

“Venimos a ver si hay evidencias, ahí hay prensadas y ahorita ya no hay nada. Nosotros no venimos a turistear. Dicen que las pruebas están en fotografías, pero en una foto no puedo observar igual que verlo en físico”, comentó.
Porfirio Quezada, en entrevista con este diario, dijo que el terreno “es como de tusas. Está acordonado y nos dicen que ‘vas a pasar en línea recta’ y nos traen como niños de kinder, agarraditos de la mano, y nosotros no vemos lo que queremos ver”, que son los indicios.
Nancy Briones, quien también busca a su hijo, afirmó que “un recorrido no nos lleva a nada; esto lo pudimos ver a través de la televisión o las redes sociales”.
Fiscalía estatal entrega expediente
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Jalisco puso a disposición de la Fiscalía General de la República (FGR) toda la información sobre el caso del Rancho Izaguirre.
“Hemos puesto a disposición de la FGR la totalidad de la información del caso del rancho Izaguirre para efectos de que puedan ejercer su facultad de atraer y encabezar la investigación. Reiteramos la disposición para colaborar en la investigación y llegar a la verdad”, compartió la Fiscalía estatal a través de redes sociales.
La publicación estuvo acompañada de la fotografía de un oficio con el asunto “Se propone que ejerza la facultad de atracción”.
Precisa: “Según la información disponible, se desprende que el 18 de septiembre de 2024, aproximadamente a las 17:50 horas, derivado de un reporte a través de C-5 del municipio de Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco, en el cual se les informa a 13 elementos activos de la Guardia Nacional que en el lugar de los hechos, conocido como ‘Izaguirre Ranch’, ubicado en el ejido de La Estanzuela”.

A raíz del hallazgo realizado el 5 de marzo en el mencionado rancho, ayer se convocó a medios de comunicación a un recorrido en el predio, donde se investiga la presencia de presuntos restos de osamentas.
De acuerdo con la información, poco después de las 13:00 horas, un convoy de tres autobuses (dos con colectivos de búsqueda y uno con periodistas) arribó a La Estanzuela, en el municipio de Teuchitlán, en donde se encuentra ubicado el rancho.
Exhiben las partes del rancho; crematorios aun sin confirmar
| Por Ulises Soriano
Sin dirección exacta, sólo coordenadas en un mapa, el rancho Izaguirre se oculta entre páramos áridos al sur de la carretera El Refugio-San Marcos. Su fachada sombría es hoy símbolo de esperanza y dolor.
Los caminos de tierra dirigen al gran portón negro de tres metros de altura, que en letras blancas indica la llegada al “Izaguirre Ranch”, la cual recibe a las madres y padres buscadores de Jalisco y de otras latitudes del país, quienes, con fe, desean encontrar algún indicio de su familiar perdido días, meses o años atrás.

Un fuerte despliegue de seguridad implementado por la Guardia Nacional, la Defensa, la Fiscalía General de la República, además de la Fiscalía de Jalisco, resguarda el predio de una hectárea, en el que cabe un campo y medio de futbol.
Al traspasar la puerta, la inmensidad asombra entre el sonido del aire que mece la maleza que crece en 80 por ciento del lugar. Toda la propiedad está rodeada de altos muros que impiden la vista desde el exterior. Dentro hay algunas construcciones en ruinas y estructuras parecidas a graneros, ahora bloqueadas por cintas amarillas.

Justo al lado del portón, hay una casa de dos pisos. La fachada que da a los caminos terregosos está pintada en naranja y un tono salmón, y una ventana blanca corona el segundo piso. Entre el tumulto de gente que se congrega en la sombra, la única que hay, las ventanas y el interior se bloquean.
En el recorrido no se visualizó el lugar en el que presuntamente se habían dado cremaciones de cuerpos o indicios de algún crematorio, mucho menos de lugares que presentaran señales de calcinamiento.

Siguiendo al oriente de esa casa, está “la bodega”, de techos altos de los que cuelgan algunas cuerdas. El piso, entre adoquines y tierra, sirve de otro lugar para guarecerse de la sensación térmica de 40 grados.
El lugar es oscuro y con un fuerte olor a encierro. Lidia Martínez, madre del Colectivo Guerreros de Jalisco, explicó a La Razón que en una de las esquinas se tomó la foto de las prendas y zapatos hallados. Ahí, ahora sólo hay una fotografía en memoria de un hombre de mediana edad, barba y bigote. Todo lo demás ha sido retirado.

Las paredes de ladrillo desnudas rodean un espacio donde aún quedan botes de pintura, cubetas, rastrillos nuevos, machetes y recogedores de mano, herramientas que los colectivos utilizaron para los primeros hallazgos de restos humanos, de los que ahora no parecen quedar rastros.
Luego hay una zona de pequeñas banderas rojas, amarillas y verdes que sobresalen de la tierra para marcar el lugar donde las autoridades hallaron objetos de las personas que aparentemente fueron traídas aquí.
- El Tip: El gobernador de Jalisco se reunió el 12 de marzo con líderes de colectivos de búsqueda para abordar los acuerdos con la Federación sobre el caso Teuchitlán.
Al fondo a la derecha se encuentra lo que se conoció como “la carnicería”. En ese lugar, presuntamente se descuartizaban y se desintegraban los cuerpos, pero hasta el momento no hay un dictamen que pruebe que así haya sido.

