El Papa Francisco, ícono de apertura e impulsor de profundas reformas en la Iglesia católica, falleció ayer, a los 88 años de edad, apenas un día después de conmover a los fieles con su presencia durante la misa de Pascua. La noticia fue anunciada por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano, a través de un comunicado oficial.
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“A las 7:35 a.m., el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre”, declaró Farrell. “Dedicó toda su vida al servicio del Señor y de su Iglesia”, añadió con visible emoción. El fallecimiento ocurrió tras sufrir un derrame cerebral y un paro cardiaco irreversible, según confirmó el doctor vaticano Andrea Arcangeli, quien también señaló que el Pontífice había entrado en coma antes de morir.
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Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio, en Buenos Aires, Argentina, marcó la historia eclesiástica como el primer Papa latinoamericano. Su pontificado, iniciado en 2013, se caracterizó por un estilo pastoral cercano, un discurso centrado en los marginados y una férrea voluntad de modernizar estructuras ancestrales dentro del Vaticano, lo que le valió tanto admiradores como opositores.

El deceso tomó por sorpresa a millones de creyentes, ya que apenas el domingo, durante su primera aparición prolongada desde una hospitalización por neumonía bilateral, saludó desde un papamóvil a la multitud congregada en la Plaza de San Pedro. Aunque se le notaba frágil, dirigió unas breves palabras y escuchó la lectura de su mensaje pascual, en el que reiteró su llamado a un cese inmediato al fuego en Gaza.
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El Vaticano anunció que los restos del Pontífice podrían ser trasladados a la Basílica de San Pedro el miércoles por la mañana, donde se instalará la capilla ardiente para que los fieles puedan rendirle homenaje.
Francisco deja un legado de compasión, valentía y apertura, así como una era marcada por la lucha contra la desigualdad y la defensa de los migrantes.

Salud comprometida. El fallecimiento del Papa Francisco, pone fin a un papado influido por las complicaciones de salud que enfrentó durante años. A los 88 años, el Pontífice argentino había acumulado una serie de afecciones que marcaron su vida pastoral, desde problemas respiratorios crónicos hasta múltiples hospitalizaciones y cirugías.
Francisco, a quien de joven se le extirpó parte del pulmón derecho tras una neumonía severa, enfrentó a lo largo de su papado una salud cada vez más frágil. En febrero de este año, fue ingresado al hospital Gemelli de Roma con síntomas de bronquitis que evolucionaron a una neumonía bilateral. Aunque su estado se estabilizó inicialmente, la recuperación fue lenta: presentó dificultad para hablar y respirar, usó oxígeno suplementario mediante una cánula nasal y se sometió a fisioterapia vocal.
A lo largo de su pontificado, el Papa también enfrentó problemas de movilidad. En sus últimos meses, se le vio en silla de ruedas o apoyado en un bastón debido a un dolor persistente en la rodilla. Sufrió además dos caídas este año, lo que agravó su estado general. Su capacidad para mantener compromisos internacionales se vio limitada: canceló en 2022 un viaje al Congo y a Sudán del Sur por recomendación médica, y en 2023 no pudo asistir a la COP28 en Dubái debido a una inflamación pulmonar.
En 2021, fue operado de diverticulitis, una inflamación del colon, y dos años más tarde se sometió a una cirugía abdominal.
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Últimos días. El jueves, realizó una emotiva visita de 30 minutos a una prisión en Roma. El sábado por la tarde, apareció en la Basílica de San Pedro, mientras que el domingo sorprendió a miles con su presencia durante la tradicional bendición Urbi et Orbi desde el balcón papal. Aunque su voz era débil y un asistente leyó el discurso, fue él quien pronunció las palabras: “Hermanos y hermanas, ¡Felices Pascuas!”, sin portar la cánula nasal que lo asistía para respirar.
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Horas antes, el Papa sostuvo una reunión privada con el vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, convirtiéndose en el último líder extranjero en verlo con vida. Más tarde, saludó desde el papamóvil a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, marcando su primera aparición desde su última hospitalización.

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