El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este jueves una orden ejecutiva que establece la entrada en vigor de nuevos aranceles globales a partir del próximo 7 de agosto, aplazando la fecha originalmente prevista para el 1 de agosto.
Entre las medidas más destacadas se encuentra el aumento del 25% al 35% en los aranceles sobre todos los productos provenientes de Canadá que no estén incluidos en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Esta decisión ha generado tensiones diplomáticas y económicas, ya que la administración republicana acusa a Canadá de no colaborar adecuadamente en el combate al tráfico de fentanilo y otras drogas ilícitas hacia territorio estadounidense.

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En contraste, el gobierno estadounidense otorgó a México una prórroga de 90 días antes de aplicar medidas similares. Según fuentes oficiales, esta decisión obedece a los recientes acuerdos de cooperación bilateral para contener los flujos migratorios y reforzar la vigilancia fronteriza, además de avances en materia de control de sustancias ilícitas.

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En ese sentido, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, señaló “logramos un buen acuerdo. Nos mantenemos como estamos y son 90 días para seguir platicando, dialogando, construyendo un acuerdo de más largo plazo. ¿Por qué es importante este acuerdo? Número 1. No aumentan más las tarifas. Si ustedes ven los acuerdos con los otros países, en realidad, nosotros nos quedamos igual que como estábamos. Segundo. Se salvaguarda el T-MEC, eso es muy importante".
El nuevo ajuste arancelario podría tener efectos directos en los mercados, especialmente en sectores como la industria automotriz, manufacturera y agrícola, que dependen del comercio entre Estados Unidos y Canadá.

Expertos advierten que estas decisiones podrían desencadenar represalias comerciales y complicar aún más las relaciones entre ambos países, ya de por sí tensas por otros temas bilaterales.
La Casa Blanca argumentó que la medida es necesaria para proteger la seguridad nacional y reducir la entrada de drogas sintéticas al país. “No podemos seguir permitiendo que nuestros socios ignoren su responsabilidad en la crisis de opioides que está matando a miles de estadounidenses”, declaró un portavoz del gobierno republicano.
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