Banco de México (Banxico) cumplió sus primeros 100 años de existencia este 25 de agosto, pero ¿te has preguntado qué es o cómo funciona?
Si bien en su nombre lleva la palabra banco, la institución no opera como un banco tradicional. No puedes abrir una cuenta de ahorro o solicitar un crédito. Entonces, ¿para qué sirve?
En entrevista con La Razón, Jesús Guillermo Mendieta González, integrante del Colegio de Contadores Públicos de México, explicó que el objetivo principal de esta institución es “traer estabilidad” monetaria al país. Es decir, cuidar a la moneda nacional: el peso mexicano.
Esto también tiene que ver con cuidar la valuación del peso, que no se afecte al poder adquisitivo y esto se logra a través del control de la inflación, que es el incremento sostenido de los precios de bienes y servicios.
Banxico tiene una tasa objetivo para la inflación: 3 por ciento más o menos un punto porcentual; es decir: hasta un nivel mínimo de 2 por ciento o un máximo de 4 por ciento. Una inflación muy baja aumenta la demanda y en un plazo determinado termina por incrementar los precios ante una mayor oferta de productos y servicios.
Una inflación alta impacta en el consumo, uno de los motores de la economía. A mayor consumo, mayor es la producción, más empleos y más inversión, en términos generales y sin entrar en detalle.
¿Qué hace Banxico para mantener la inflación controlada?
Para cumplir su objetivo, Banco de México ejerce una serie de herramientas para cumplir su mandato: mantener la inflación controlada. A esto se le llama política monetaria, que tiene que ver, por ejemplo, con alza y recorte de la tasa de interés interbancaria de referencia.
Dicha tasa permite a las instituciones financieras encarecer el crédito al consumo, automotriz, hipotecario y demás; así como abaratarlo.
“Banxico ejerce su política monetaria para preservar la estabilidad macro y microeconómica y el crecimiento y fortalecimiento del sistema bancario. Que sea seguro y fiable”, comentó Mendieta.
¿Cómo mantiene estable Banxico el peso mexicano?
Pero la política monetaria no se queda sólo en la tasa de interés. existen otras herramientas para preservar el valor de la moneda nacional. Por ejemplo, “líneas swap”, que son el intercambio de dos monedas diferentes entre dos bancos centrales para preservar la liquidez del sistema financiero del banco solicitante.
Por ejemplo Banxico y la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos podrían abrir una línea swap en caso de una alta demanda de dólar en México y ante una baja oferta.
En este caso, el Banco de México adquiriría cierta cantidad de dólares y al tenerlos, los distribuiría entre los bancos del país para preservar la liquidez del sector.
¿Banxico imprime dinero?
Pero la labor de la entidad monetaria no se queda ahí, Banxico imprime el dinero que usamos día con día, billetes y monedas de todas las denominaciones, de monedas de cinco centavos a billetes de mil pesos.
Ante esta situación popularmente se menciona que Banxico podría imprimir más dinero y repartirlo a todos, pero ¿por qué esta situación no es viable?
“El tema no es imprimir, hay que mantener la cantidad necesaria de dinero en circulación, ni más ni menos”, dijo Mendieta González a este diario.
Lo anterior, explicó, se debe a que si hay más dinero entre la población del que se requiere, éste pierde su valor, como sucedió en algunos países de Sudamérica, que se llegó a imprimir más dinero y se devaluó la moneda.
“Lo que importa es no imprimir de más o de menos, sino mantener una cierta circulación o fluctuación a la cual el Banco de México justamente es parte fundamental”, comentó.
¿El Banco de México es autónomo?
De acuerdo con Álvaro Vértiz, experto en temas financieros, a dichas tareas se le suman funciones clave como regular el sistema de pagos y el mercado cambiario.
“Un aspecto fundamental, que no debe pasar por desapercibido, es su autonomía, que le permite mantenerse al margen de presiones políticas y asegurar decisiones técnicas en beneficio del país”, destacó Vértiz.
La historia de Banxico
De acuerdo con la Gobernadora de Banxico, Victoria Rodríguez Ceja, la apertura del Banco de México en 1925 representó la concreción de la creación de una moneda fiduciaria para todo el país.
Recordó que durante la Revolución Mexicana (1910 - 1923, si se toma en cuenta la culminación del movimiento armado con e asesinato de Pancho Villa), varios de los caudillos revolucionarios implementaron sus propias monedas, lo que dificultó la estabilidad financiera del país en el periodo postrevolucionario.
“Esa aspiración largamente anhelada que puede remitirse a los primeros años de la independencia de que nuestra nación contara con una instancia capaz de brindar orden y certeza a la emisión de dinero y sentar a las bases para un desarrollo más sólido”, destacó la Gobernadora.
Mencionó que los constituyentes de 1917 plasmaron en el artículo 28 de la Carta Magna el mandato de concentrar en una sola institución un banco central auspiciado por el Gobierno Federal, la facultad exclusiva de acuñación de moneda y emisión de billetes que ayudara a generar la confianza necesaria para una nueva etapa de estabilidad en el país.
“El objetivo de constituir un banco central todavía demoró varios años para su concreción debido a los debates para la definición de su estructura institucional y naturaleza jurídica, así como la dificultad para reunir los fondos que permitieran concretarla”, explicó.
Agregó que a inicios del siglo pasado, la naciente institución enfrentó diversos desafíos como el estado rudimentario del sistema financiero, las graves crisis financieras mundiales, en particular la gran depresión y desde luego el “arraigado escepticismo” de la población hacia el uso del dinero fiduciario.
“En los años posteriores el Banco de México logró restituir gradualmente la confianza de la población en la moneda nacional instituyendo normas estrictas para su emisión e implementando garantías para su respaldo y convertibilidad adecuadas a las circunstancias de ese momento histórico, como su equivalencia en metales preciosos o el establecimiento de un tipo de cambio con el dólar”, comentó.
Para 1993, dijo, el constituyente realizó una reforma en el artículo 28 de la Constitución que entró en vigor en 1994 para otorgarle autonomía al Banco de México y encomendarle el objetivo de procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional así como las finalidades adicionales de promover el sano desarrollo del sistema financiero y estimular el buen funcionamiento del sistema de pagos.
Señaló que posteriormente, a finales de 1994, se presentó una nueva crisis como consecuencia de los episodios de incertidumbre política en el país y desequilibrios importantes en las cuentas externas que se sumó a la creciente dependencia de capitales de corto plazo y los aumentos de las tasas de interés en Estados Unidos.
“Ante la fuerte devaluación del peso y una tasa de inflación de más de 50 por ciento en diciembre de 1994, el Banco de México respondió con una enérgica restricción monetaria en línea con el mandato de estabilidad de precios”, aseguró.
Sin embargo, dijo que ante el agotamiento de las reservas internacionales en diciembre de ese mismo año se puso fin al régimen de cambio fijo que el país había adoptado por décadas.
“Esta medida segundó, finalmente, en una mayor flexibilidad a la economía para ajustarse a eventuales choques y permitió formular la política monetaria de forma más independiente sin estar subordinada a consideraciones cambiarias o de flujos de capital”, mencionó.
Por último, narró que en 2021 el banco afrontó uno de los entornos más desafiantes en las últimas décadas, caracterizado por inéditas presiones inflacionarias surgidas de las secuelas de la pandemia de Covid-19, los conflictos bélicos en diversos frentes y las disputas comerciales.
“Ante las presiones inflacionarias globales de principios de esta década, el banco tomó medidas sin precedentes que implicaron un apretamiento monetario significativo por un largo periodo”, comentó.
Entre marzo de 2023 y marzo de 2024, se mantuvo un nivel máximo de la tasa de interés en 11.25 por ciento, mencionó.
“Esa restricción contuvo las presiones, logró mantener el de las expectativas de inflación de mayor plazo y posteriormente coadyuvó al avance del proceso desinflacionario de la economía nacional”, explicó.
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cehr