La subsecretaria de Gobierno para la región Norte de Coahuila, Sonia Villarreal Pérez, se sumó a la lista de políticos a quienes les han sido revocadas sus visas por parte de Estados Unidos. Ayer, el gobernador Manolo Jiménez confirmó lo que era un rumor, pero comentó que es posible que el motivo sea el embarazo de su colaboradora. Otros piensan que, sin prejuzgar sobre la honorabilidad de la también exalcaldesa de Piedras Negras, no se puede pasar por alto que fue secretaria de Seguridad Pública durante el mandato de Miguel Ángel Riquelme, un cargo que pone a cualquiera en el riesgo de tomar malas decisiones. Es el caso, también, de su esposo, Jorge Miguel Barajas Hernández, comandante regional de la Policía Estatal, a quien también le fue retirada la visa. Lo ideal sería, nos dicen, que los afectados dieran directamente su versión sobre por qué dejaron de ser bien vistos por el vecino del norte, para atajar las especulaciones. Veremos.
› Otro que se le escapa a Durazo
Resulta que, cuando las autoridades de Sonora estaban más concentradas en la recaptura del reo que se fugó el pasado 4 de mayo del Cereso 1 de Hermosillo, se les fue otro del mismo penal. El lunes, la Secretaría de Seguridad Pública estatal informó que un interno, cuya identidad no fue revelada, escapó del Cereso citado. Al primero que se fugó, Francisco Hernández Tenorio, alias El Ponchis, le tomó sólo 39 días de reclusión encontrar el agujero por el que recobró, de facto, su libertad. Y es la hora en que las autoridades no tienen idea del paradero de este peligroso generador de violencia. Los maliciosos, que nunca faltan, comentan que es el colmo que al gobernador Alfonso Durazo, quien estuvo al frente de la seguridad del país, se le escapen los presos. Por cierto, el que huyó el lunes fue recapturado ayer. Bien. Pero no estaría mal, nos dicen, que taparan, ahora sí, los hoyos que hacen tan sencillas las fugas del penal de Hermosillo. Uf.
Para muchos, ningún problema hay en que el senador Gerardo Fernández Noroña se compre una casa de 12 millones de pesos y que él mismo lo transparente. El problema es que el fundador del Movimiento de la 4T estableció la honestidad y particularmente la austeridad como “una forma de vida y de gobierno”. Es decir, no sólo aplica para el Gobierno, sino para los políticos en su vida personal, porque al ser personajes públicos son un ejemplo social. Para no pocos del movimiento este lineamiento siempre ha sido algo que les pesa y los obliga a disimular, porque implica moverse en las posibilidades del ingreso medio de los mexicanos —alrededor de 25 mil pesos si se considera sólo clase media— aunque claramente en la política se gana mucho más. Decía AMLO: “Nada de vehículos de lujo, nada de viajes al extranjero”; “se les olvida que dinero llama dinero”; “nadie tiene derecho a lo superfluo mientras alguien carezca de lo indispensable”; “Si ya tenemos zapatos ¿para qué más?, si ya se tiene la ropa indispensable, sólo eso”. ¿Qué hacer ahora con ese lineamiento? Ahí el dilema.
El Partido Verde comienza a mostrar músculo en la actual Legislatura. Consolidado como la tercera fuerza en el Senado, su plenaria, nos comentan, dejó dos mensajes claros: empujar una reducción del financiamiento a partidos, pero con reglas parejas para todos, y reclamar espacios en la Mesa Directiva de la Cámara alta, como la vicepresidencia, que según el presidente saliente, Gerardo Fernández Noroña, les corresponde tras la salida de Néstor Camarillo de la bancada priista. La postura de Manuel Velasco de recortar a la mitad el financiamiento público no es nueva pero, nos dicen, ahora se acompaña de un matiz que refleja la posición alcanzada por su bancada: exigir un reparto equitativo que impida ventajas para las fuerzas mayoritarias. Una señal de que el Verde no deja de tener en mente el tema del dinero y no quiere ser socio menor, sino pieza que condicione el rediseño electoral. En la coalición oficialista, nos comentan, parece haber encontrado el punto para empezar a fijar sus propias reglas no sólo como aliado, sino como actor con peso propio. Ahí el dato.
Y quien, nos dicen, trae un pleito ya casado con el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial es la ministra Lenia Batres. Y es que resulta que luego de que la institución que encabeza Santiago Nieto bateara la intención de la togada de registrar la denominación “Ministra del Pueblo”, ayer se informó que ésta acudirá a los tribunales administrativos para revertir esa decisión que calificó de “arbitraria” e “injustificada”. En días pasados, se conoció que el IMPI había ratificado su determinación de negar el registro al advertir que de concedérselo se “generaría una afectación indebida sin ninguna justificación jurídica” a los otros ocho ministras y ministros quienes también son electos por voto popular. Pero resulta que la ministra insiste en obtener el derecho de usar el término y por ello alegará que el instituto excedió sus facultades. Por cierto que si no es por una cosa es por otra, pero Lenia sigue entre polémicas, porque ayer se conoció que es la que más trabajo dejó rezagado en la Segunda Sala de la Corte: de 47 casos pendientes de resolver, 36 por ciento son de Batres Guadarrama.
Con la novedad de que ha vuelto a sonar el nombre de la doctora Beatriz Gutiérrez Müller y no precisamente para exhibir temas de mudanzas ni nada por el estilo. Y es que resulta que la académica aparece en la lista de aspirantes a ocupar la rectoría de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. La esposa del expresidente López Obrador figura en el número 6 de la relación dada a conocer por la Comisión de Auscultación de la casa de estudios, en la que también figura la actual rectora Lilia Cedillo, pero en el número tres. La universidad poblana se encuentra en la etapa de entrevistas para conocer si los nominados tienen interés por el cargo para, en su caso, requerirles una serie de documentos previstos en la convocatoria. Se ha informado que doña Beatriz ha sido convocada a una entrevistahoy las 13:45 en la sala de Proyecciones del primer patio del edificio Carolino, que se encuentra ubicado en el Centro Histórico de Puebla. Los otros candidatos son: Laura Alicia Barroso, Ricardo Cansino, Eloísa Chilián, Salvador Galicia, Odorico Mora, Ricardo Paredes y Javier Zepeda. Pendientes.